Factores de riesgo cardiovascular en pacientes pediátricos y adolescentes obesos con o sin hígado graso no alcohólico

  1. MONTORO GONZÁLEZ, BLANCA CRISTINA
Dirigida por:
  1. Luis Peña Quintana Director/a
  2. Concepción María Aguilera García Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

Fecha de defensa: 10 de febrero de 2016

Tribunal:
  1. Lluís Serra Majem Presidente/a
  2. Almudena Sánchez Villegas Secretario/a
  3. Félix Sánchez-Valverde Visus Vocal
  4. Ángel Gil Hernández Vocal
  5. Carlos Díaz Romero Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El hígado graso no alcohólico (NAFLD) es una patología de importancia creciente en los países occidentales, pero se desconoce con exactitud cuál es su situación en España, ya que existen datos muy variables. Existen factores de riesgo cardiovascular en población pediátrica y adolescente obesa que pueden influir en el NAFLD y se relacionan con ateromatosis y síndrome metabólico. Los niños y adolescentes obesos con y sin NAFLD, además de diferencias en la composición corporal, presentan cambios a nivel cardiovascular, el perfil lipídico, el estado inflamatorio, el grosor íntima-media carotídeo (GIMc), a nivel de la remodelación cardíaca y adiposidad visceral. Se necesitan más estudios para determinar el papel de la ecografía visceral y subcutánea en los pacientes obesos con y sin hígado graso. Dicha medición ecográfica podría sumarse a otras evaluaciones de ultrasonidos que están siendo utilizadas en niños obesos, como el uso de la ecografía para medición del GIMc, o la ecocardiografía para el diagnóstico de la hipertrofia ventricular izquierda (HVI) y así determinar en qué medida influye cada compartimento en la progresión de la enfermedad, además de la monitorización del tratamiento. El NAFLD se relaciona con la enfermedad cardiovascular sobre todo, con el engrosamiento de la íntima-media carotídeo, y tanto en obesos con y sin NAFLD, con la HVI. Ambas son manifestaciones de la presencia de ateromatosis subclínica, por lo que es de gran interés la realización de pruebas no invasivas para su detección. Diagnosticar a un paciente pediátrico o adolescente con NAFLD, debe alertarnos sobre un mayor riesgo cardiovascular, lo que conduce a una nueva dimensión en la práctica clínica diaria. El adecuado manejo de dicha enfermedad permitirá modificar tanto la enfermedad hepática como ateroesclerótica.