El monteverde canarioestudio ecológico mediante el uso de líquenes epífitos como organismo modelo

Laburpena

La diversidad liquénica de Canarias es muy rica, pero los estudios desarrollados hasta el momento en este grupo de organismos han sido fundamentalmente taxonómicos y florísticos, mientras que los aspectos ecológicos se han abordado con menos frecuencia. A nivel internacional, los estudios ecológicos usando líquenes epífitos como organismos modelo poseen ya un largo recorrido, existiendo incluso en Europa una metodología de estudio común, que permite comparar bosques similares atendiendo a la flora liquénica epífita. Haciendo uso de esa metodología, nos hemos propuesto abordar el estudio de uno de los ambientes forestales más singulares de Canarias, el monteverde, haciendo uso de los líquenes como organismos modelo. Este bosque, endémico de los archipiélagos macaronésicos, se encuentra incluido en la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres (Directiva Hábitats), siendo además un hábitat prioritario. Así, los objetivos de este trabajo son: i) dilucidar si los líquenes epífitos del monteverde húmedo son capaces de colonizar las plantaciones forestales de Pinus radiata D. Don y Eucalyptus globulus Labill. instaladas en áreas potenciales del bosque nativo en la isla de Tenerife; ii) comprobar si el árbol invasor Castanea sativa Mill. es capaz de albergar los líquenes epífitos del monteverde húmedo cuando se desarrolla en áreas potenciales de este bosque nativo en las islas de Tenerife y La Palma; iii) determinar el grado de especificidad de los líquenes epífitos respecto a los forófitos más abundantes en el monteverde de las islas de La Palma, La Gomera y Tenerife; y iv) analizar el grado de conservación del monteverde de las islas de La Palma, La Gomera y Tenerife mediante su biota liquénica epífita. En este trabajo se demuestra que las plantaciones de Pinus radiata y Eucalyptus globulus no son capaces de albergar la misma composición liquénica epífita del monteverde, destacando además el bosque nativo por su mayor diversidad liquénica. Por otra parte, las formaciones de Castanea sativa no albergan los mismos líquenes que el monteverde, a pesar de tener una riqueza de especies comparable con la de este. En el monteverde, observamos una composición liquénica relacionada con el tipo de forófito analizado, de forma que la composición liquénica de Morella faya (Aiton) Wilbur y Erica canariensis Rivas-Mart., M. Osorio & Wildpret es muy similar, y ocurre lo mismo al comparar la de Ilex canariensis Poir. in Lamarck y Laurus novocanariensis Rivas-Mart., Lousa, Fern. Prieto, E. Días, J.C. Costa & C. Aguiar. Sin embargo, las comunidades liquénicas en estos dos grupos de forófitos son claramente diferentes. Finalmente, hemos observado que aunque la composición liquénica no parece diferir entre las islas analizadas, los líquenes informan de sutiles diferencias que sugieren que existe un mejor grado de conservación en los bosques de unas islas que en los de otras, así como que en algún caso puede estar ocurriendo el fenómeno conocido como deuda de extinción.