Diario de un método. Posibles e imposibles de escribir la pintura

  1. Alonso Blanco, Fruela
Dirigida por:
  1. Olga Méndez Fernández Director/a
  2. Jesús Hernández Sánchez Director/a

Universidad de defensa: Universidade de Vigo

Fecha de defensa: 14 de mayo de 2010

Tribunal:
  1. José Chavete Rodríguez Presidente/a
  2. Alberto Ruiz de Samaniego Secretario/a
  3. Ramón Salas Lamamié de Clairac Vocal
  4. José María Lillo Pérez Vocal
  5. Silvia Martí Marí Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 308907 DIALNET

Resumen

Como punto de inicio tenemos la pregunta que se cuestiona si hay un pensamiento del arte. ¿Quí piensa el artista? ¿Se puede decir que sea una forma de pensamiento lo que se lleva a cabo desde el arte y el artista? Todo surge en el creador ( o al menos en una parte de los creadores) de pensar la misma dificultad a que se enfrentará por el hecho de mantenerse en ese intento de materializar las imágenes o de dar forma a las ideas tal como fueron concebidos en su cabeza. Esa misma pregunta de inicio se plantea ella misma por ese movimiento en bucle, como centro alrededor del que el artista se encontrará dando vueltas continuamente, que por no hallar respuesta definitoria, es perfectamente por lo que se mantendrá en el borde, más o menos alejado constantemente sin poder atravesar, sin poder aclararse, sin dar respuesta concluyente a todas las preguntas que mantienen en la duda por no aclarar nada definitivamente. Si nos preguntamos ¿Qué es aquello que lleva al artista a perseverar en su intento de formalización de ideas y imágenes? La respuesta sería en cierta manera o por una parte por aclarar, por dar respuesta a esta misma cuestión, más allá del mismo empeño de formalización de ideas e imagenes. Se pinta por ver o por intentar aclarar lo visible en esa confusión a que nos vemos abocados desde el mismo instante en que intentamos interrogarnos por lo que vemos o por si realmente vemos. La pregunta final sería si pintar es un proceso de pensar más allá de la materia.