Personalidad, estilo educativo y trastornos del lenguaje
- Wehbe Ramos, Sara Ferial
- Pablo García Medina Director
Universidad de defensa: Universidad de La Laguna
Fecha de defensa: 07 de septiembre de 2012
- Juan Manuel Bethencourt Pérez Presidente
- M. Concepcion Ramos Perez Secretario/a
- Pedro Javier Rodríguez Hernández Vocal
- Ángela Rita Martín Caballero Vocal
- Etna Fernandez Hernandez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La percepción que los niños tienen de su entorno importa a la hora de comprender su comportamiento. En su proceso de adecuación interactivo se forman sus creencias primarias. La actitud y la creencia sobre sí mismos acabarán determinando el desarrollo cognitivo del niño. Ese producto en términos de pensamientos más o menos elaborados les conducirá al paso de adultos. La responsabilidad que el adulto tiene, a veces, no se acompaña del conocimiento suficiente para dar respuesta a las demandas que el desarrollo psicológico requiere. Este trabajo se sitúa ahí, entre las aportaciones que pretenden ilustrar el modo en que los adultos pueden llevar mejor su tarea educativa. No se trata de dar soluciones definitivas sino más bien de proporcionar ayuda ante situaciones que puedan ser excesivamente erráticas. No por malas intenciones, sino debido a la ¿creencia¿ de que lo que se hace está bien. Es entonces cuando se echa en falta un mayor conocimiento al servicio de estos padres y madres. No es procedente pensar que una madre o un padre quieran dañar a sus hijos pero a veces su sobreprotección o el simple tratar de protegerles de alguna influencia -que ellos consideran- nefasta logra hacer más errático el producto adaptativo. El niño acaba no sabiendo como comportarse ante, por ejemplo, las exigencias sociales en ámbitos muy amplios. Es el caso particular del efecto de los llamados estilos autoritarios en estricto sentido. El apego o la vinculación implican un conjunto de sentimientos asociados a las personas con las que el niño convive. Aquí la adecuada relación con los demás puede ayudar a entender el factor de la autoestima. Es con las figuras de apego con quienes se retroalimentan los sentimientos de seguridad, de bienestar y placer, asociados a la proximidad y contacto con ellas; en particular se nos abre la posibilidad de sentirnos bien con nosotros mismos. En ocasiones podemos estar imbuidos de ansiedad, de sentimientos negativos; la depresión o el malestar inexplicable racionalmente acompañado del rechazo de los otros pueden ser los signos o los síntomas. De modo que uno de los objetivos de este trabajo, adelantamos, se centra en analizar algunos correlatos que pueden estar modulando el resultado en términos de aprendizaje. Y cuando nos referimos a ello lo hacemos desde un enfoque amplio. Donde la personalidad y las habilidades más básicas tienen mucho que decir. La tradición investigadora ha dejado particularmente de lado la percepción que los niños tienen de sí mismos, así como la percepción particular que tienen de sus mayores en el contexto en que se desarrollan. Da forma y centralidad a este estudio el particular modo en que puede ser interpretada esta realidad por los crios. Por ejemplo, un trabajo de partida ya pudo establecer que no era más importante la cualidad física del entorno que la particular construcción que de la personalidad hacia los niños; ésta daba tanto o mayor cuenta de su rendimiento y realización educativa (García Medina, 1990). Ciertos trastornos como la Hiperactividad o la Conducta Disocial suelen ser predominantemente estudiados cuando llegan al nivel de deterioro que precisa atención clínica. En este trabajo y siguiendo el trabajo adelantado por García-Medina (2008) analizamos la familia como posible propiciador de estas dificultades. Ya Werner (1993) había advertido que la biología explicaba algo el primero de los desórdenes pero en un porcentaje inferior al 10%. Es esta otra faceta que consideramos central en estas páginas. En cuando a la estrategia de análisis estadístico se ha optado por una descripción más cualitativa que matemática o cuantitativa. Lo cual vendría justificado y motivado por el hecho de que cuando se intentó optar por la aplicación reductiva -caso de los análisis factoriales- se entraba en una cadena de sucesivas pérdidas de matices relevantes para el enfoque que aquí nos interesaba. El modelo implica comprobar la existencia de una secuenciación de adquisiciones. Establecidas estas, el aprendizaje se sustentaría en cuatro pilares fundamentales. Estos serían: Psicomotricidad bien establecida; Autoestima y vinculación afectiva positiva; Adquisiciones básicas para lectoescritura; y calidad en el Apoyo de entorno. Las variables dependientes a su vez serían: calidad de desarrollo psicomotriz, autoconcepto positivo, buena ejecución en lectoescritura y ausencia de trastornos como la Hiperactividad o la Conducta Disocial. Para ello el diseño lo hemos restringido a la modalidad correlacional y prospectivo. No por ello se han descuidado los acercamientos a la metodología multivariada y a los contrastes univariados para determinados núcleos de variables.