Evaluación de la degradación de los suelos naturales de la isla de Tenerife : secuencias edáficas evolutivas y regresivas

  1. Guerra García, José Asterio
Dirigida por:
  1. Antonio Rodríguez Rodríguez Director/a
  2. Carmen Dolores Arbelo Rodríguez Directora

Universidad de defensa: Universidad de La Laguna

Fecha de defensa: 23 de octubre de 2009

Tribunal:
  1. Pedro Luis Pérez de Paz Presidente
  2. Jesús Santiago Notario del Pino Secretario
  3. Roque Ortiz Silla Vocal
  4. Carlos Enrique Álvarez González Vocal
  5. Juan Sánchez Díaz Vocal
Departamento:
  1. Biología Animal, Edafología y Geología

Tipo: Tesis

Teseo: 281303 DIALNET lock_openRIULL editor

Resumen

Los procesos de degradación del suelo han alcanzado en los últimos años el reconocimiento de problema ambiental global y ha sido sugerido desde diversos foros y organismos internacionales que para establecer de manera adecuada métodos de lucha contra la degradación de los suelos es necesario evaluar esta degradación a nivel local y escala detallada. La evaluación de la degradación del suelo a escala detallada requiere la definición de estándares ante los que comparar la degradación de suelos de cualquier territorio. Para definir estos estándares y manejar adecuadamente los procesos implicados en la degradación de los suelos de una zona ambientalmente homogénea determinada, es necesario comprender y establecer en detalle los procesos genéticos que han ocurrido en esa zona y que han llevado a la formación de un suelo maduro, con unas determinadas propiedades y mecanismos de funcionamiento, bajo una vegetación clímax en esas condiciones ambientales, el cual sería considerado como estándar y como suelo no degradado (independientemente de su calidad). Esta aproximación ecosistémica a la degradación de los suelos, es la que se ha seguido en este estudio, mediante el establecimiento de las secuencias edáficas evolutivas y regresivas de los suelos en cada unidad ambientalmente homogénea. De esta manera, será posible distinguir los suelos degradados de los suelos inmaduros en una determinada secuencia evolutiva y también de aquellos de baja calidad originados por un determinado proceso genético en condiciones ambientales particulares. Por ello, este estudio se ha planteado como una aproximación ecosistémica a la evaluación de la degradación de los suelos basada en la consideración del suelo como un ente natural, resultado de un proceso de autoorganización, que ocupa un lugar determinado en el ecosistema. Así pues, los suelos como constituyentes del ecosistema están sometidos a un proceso de evolución, pues como señala Margaleff, 1974,...en todo proceso de formación del suelo existe una dirección o evolución definida por las condiciones de equilibrio y por la tendencia general del sistema a reducir la energía libre..., la formación y maduración del suelo constituye realmente de por sí un proceso de sucesión ecológica.... Así en este marco conceptual teórico que se propone, la degradación de los suelos ha de evaluarse teniendo en cuenta que la formación del suelo en unas condiciones ambientales determinadas constituye un proceso de sucesión ecológica evolutiva con disminución de la energía libre hasta alcanzar un estado metaestable, mientras que la degradación de los mismos, debido a la introducción de nuevas formas de energía en el sistema (cambios de uso, climáticos, etc.) constituye una sucesión ecológica regresiva que se aleja del estado metaestable con aumento de la energía libre del ecosistema. Como objetivo general de este trabajo se propone comprobar la validez de estos conceptos meramente teóricos, sobre los suelos naturales (no agrícolas) de la isla de Tenerife, donde los procesos de degradación de suelos por las actividades humanas son alarmantes y ha sido catalogada de prioridad A en el Programa de Acción Nacional Contra la Desertificación (PAND, 2008). En los ecosistemas insulares, la lucha contra la degradación de los suelos, un recurso escaso y no renovable a corto plazo, es una urgencia inmediata para los poderes públicos en particular y para la sociedad en general y se propugna como medida más eficaz un aprovechamiento racional del recurso, de manera que los usos sean compatibles con sus potencialidades y limitaciones. Parece pues lógico pensar que cualquier política de planeamiento debe incorporar en la fase de toma de decisiones el tratamiento de estos procesos de degradación, para lo cual es imprescindible conocer tanto la incidencia actual de los procesos, como el posible riesgo de degradación y las zonas más sensibles a la aparición del fenómeno. En un caso para tratar de corregir el proceso y en otro para regular las actuaciones sobre las zonas más sensibles de manera que se incida lo menos posible sobre ellas. Así pues, atendiendo al objetivo general del presente trabajo, se pueden establecer los siguientes objetivos específicos: 1. Zonificación de la isla en zonas ambientalmente homogéneas (Supra-ambientes, Ambientes y Unidades) en cuanto a factores ambientales responsables de la génesis de los suelos, tales como, material geológico (edad y naturaleza), topografía, vegetación, clima, usos y actividades antrópicas. 2. Establecimiento en cada zona homogénea (Ambientes), de los principales procesos genéticos de formación del suelo, de acuerdo con la naturaleza e intensidad de los factores actuantes en el área y definir los suelos climáticos correspondientes. 3. Establecer simultáneamente, en base a los diferentes tipos de suelos existentes, las secuencias genéticas evolutivas y las secuencias edáficas regresivas, por comparación con el considerado como estándar. 4. Definir los procesos genéticos evolutivos y los suelos clímax, así como los factores responsables de la degradación de los mismos y los principales procesos regresivos que llevan a la formación de suelos degradados.