¿ desnutrición y obesidad en pacientes alcohólicos y cirróticos ¿

  1. RUIZ LACAMBRA, JOSE JOEL
Dirigida por:
  1. Francisco Santolaria Fernández Director/a
  2. María Elena García-Valdecasas Campelo Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de La Laguna

Fecha de defensa: 08 de noviembre de 2013

Tribunal:
  1. Carlos Emilio González Reimers Presidente
  2. Alicia Conde Martel Secretario/a
  3. Esther Martín Ponce Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 350007 DIALNET

Resumen

PUBLICACIÓN TESIS español. ¿ DESNUTRICIÓN Y OBESIDAD EN ALCOHÓLICOS Y CIRRÓTICOS¿. Estudio de 344 pacientes alcohólicos varones, ingresados en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Canarias por complicaciones orgánicas del alcoholismo, síndrome de abstinencia alcohólica o descompensación de cirrosis hepática con los siguientes objetivos: - Analizar la prevalencia de malnutrición y obesidad en sujetos alcohólicos dependiendo de que exista o no enfermedad hepática y ésta se encuentre, o no, descompensada (ascitis). - Analizar qué factores se relacionan con la desnutrición y la obesidad. - Analizar en qué medida existe la malnutrición tipo obeso: disminución de la masa muscular con exceso de grasa. - Estudiar el valor pronóstico del índice de masa corporal (IMC) en comparación con el análisis por compartimentos. - Analizar el valor pronóstico del estado de nutrición a largo plazo. Y con las siguientes conclusiones: 1.- Los alcohólicos ingresados en el hospital presentan una elevada prevalencia de desnutrición, con un perímetro braquial (PB) por debajo del percentil 10º en el 35.7%, con un área muscular del brazo (AMB) por debajo del percentil 10º en el 31.4%, con una masa magra (DEXA) media de los brazos por debajo del percentil 10º en el 40.6% y con una desnutrición al menos moderada mediante VNS en el 40.9%. En cambio un índice de masa corporal (IMC) inferior a 20 lo encontramos sólo en el 11% de los casos, por lo que consideramos que es un criterio excesivamente restrictivo y poco útil para el diagnóstico de desnutrición. El 70% de los pacientes comía de forma irregular, lo que se relacionó con un peor estado de nutrición. La alteración de las relaciones sociales y familiares se relacionó con una alimentación irregular y desnutrición. Los bebedores más intensos (por encima del percentil 90: más de 290 g/d) tienen un peor estado de nutrición con mayor pérdida de peso y menor masa grasa total. Respecto a la enfermedad hepática, los peor nutridos son los cirróticos con ascitis con mayor disminución de la masa magra y peor valoración nutricional subjetiva. La masa grasa está disminuida en los alcohólicos sin cirrosis y en los cirróticos con ascitis, mientras que en los cirróticos sin ascitis es similar a la de los controles. 2) No es frecuente la malnutrición tipo obeso. Sólo encontramos una masa magra (DEXA) media de los brazos por debajo del percentil 5º junto a una masa grasa superior al percentil 95º en el 0.8% de los alcohólicos, en el 3.6% de los cirróticos sin ascitis y en el 3.1% de los cirróticos con ascitis, mientras que en los controles no ocurre en ningún caso. Sin embargo en el caso de los cirróticos no complicados con ascitis encontramos un aumento relativo de la masa grasa en comparación con los cirróticos con ascitis y con los alcohólicos sin cirrosis. 3) Los pacientes obesos o con sobrepeso, con un IMC mayor de 25 kg/m2, tienen menor mortalidad que aquellos con un IMC por debajo de 25 kg/m2, especialmente en los cirróticos con ascitis. El sobrepeso y, más aún la obesidad, se relacionan con un mejor estado de nutrición: menor pérdida de peso, mejor valoración nutricional subjetiva (VNS) , mayor masa magra, y mayor contenido mineral óseo. Estos hechos son congruentes con la hipótesis de la paradoja de la obesidad. 4) La mortalidad durante el ingreso se relacionó con un peor estado de nutrición: los pacientes que morían tenían peores hábitos nutricionales, peor VNS, menor PB y AMB en la antropometría y menor masa magra y contenido mineral óseo (BMC) en la DEXA, también menores concentraciones de albúmina, prealbúmina, IGF1 y triglicéridos. A largo plazo la mortalidad se relacionó con peores hábitos nutricionales, VNS, AMB, masa magra y BMC. La mortalidad no se relacionó con la intensidad del consumo de alcohol pero sí con la presencia de cirrosis siendo mayor tanto a corto como a largo plazo en los cirróticos con ascitis, destacando una mediana de supervivencia de 2 años. En el análisis multivariante encontramos que el BMC tiene un valor predictivo independiente de mortalidad, tanto a corto como a largo plazo y controlando el factor cirrosis. El BMC se relaciona de forma muy estrecha con el estado de nutrición y a ello debe atribuirse su valor pronóstico.