Biologia y ecologia del cangrejo rojo americano procambarus clarkii girard (1852) (decapoda, cambaridae) en el macizo de anaga (tenerife, archipielago canario)

  1. HERRERA ARTEAGA, GUSTAVO ADOLFO
Dirigida por:
  1. Antonio de los Santos Gómez Director/a

Universidad de defensa: Universidad de La Laguna

Fecha de defensa: 21 de mayo de 2009

Tribunal:
  1. María Rosario Vidal-Abarca Gutiérrez Presidente/a
  2. Francisco José Ferrer Ferrer Secretario
  3. Paloma Alcorlo Vocal
  4. María Luisa Suárez Alonso Vocal
  5. Pedro Oromí Masoliver Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 218282 DIALNET

Resumen

Ha sido hallada una población de Cangrejo Rojo Americano, Procambarus clarkii (Girard, 1852), una especie autóctona de la región sureste de Estados Unidos y Norte de México (Correia y Costa, 1994; Cano y Ocete, 1997). Este trabajo presenta tres objetivos generales: 1) Hacer un estudio descriptivo del ambiente en el que se haya establecida esta especie en Tenerife, es decir, en el Barranco de El Cercado, ubicado en el Barrio de San Andrés. 2) Hacer un seguimiento de las relaciones morfométricas de los individuos con objeto de evaluar el crecimiento, así como un seguimiento de la fenología reproductiva de esta especie en un ambiente insular. También se hace un seguimiento de la evolución de la sex-ratio y de la evolución de la proporción de individuos maduros frente a los inmaduros, así como un seguimiento de la fenología de madurez ovárica. 3) Realizar un seguimiento de la evolución anual de la densidad absoluta de individuos en el cauce del barranco de El Cercado durante 2 períodos: 1999 y 2007. El ambiente estudiado se ubica en el Barranco de El Cercado, en la vertiente Sur del Macizo de Anaga, en la región Noreste de la isla de Tenerife. El ambiente del barranco va cambiando gradualmente según se avanza corriente abajo, encontrando una densa vegetación de ribera en el tramo más alto que va volviéndose más dispersa a medida que llegamos a los tramos más bajos del cauce. Para la captura de los individuos se utilizaron principalmente trampas tipo tambor, aunque también se utilizaron trampas verticales, reteles, y mangas de barrido. La proporción de sexos se mantuvo estable por debajo de 1, salvo en los meses de abril, octubre y noviembre de 1998, en los que la proporción de machos frente a hembras superó la unidad, llegando a alcanzar una sex-ratio de 2,34 machos por cada hembra en octubre de ese año. La proporción de individuos maduros frente a los inmaduros muestra un patrón oscilante sin períodos de estabilidad definidos. Se detecta una alta proporción de individuos maduros (por encima de la unidad) en los meses de marzo, octubre y noviembre de 1998 (siendo en marzo cuando se registraron poco más de 1,4 maduros por cada inmaduro) y en julio, octubre y noviembre de 1999, siendo en este mes cuando se registró la mayor proporción de individuos reproductivamente maduros. Con respecto al seguimiento temporal de madurez ovárica, se puede ver que hay 6 períodos en los que la proporción de hembras post-ovígeras (con los ovarios recién vaciados y, en consecuencia, con los huevos y/o crías adosados a los pleópodos) llega a superar el 30%. Estos períodos son de mayo a julio de 1998, octubre y diciembre de 1998, de febrero a junio de 1999, septiembre de 1999, de noviembre de 1999 a febrero de 2000 y de junio a agosto de 2000. En el período de febrero a junio de 1999, la aparición de hembras post-ovígeras supera con creces el 50% (incluso se alcanza casi el 100% en abril de 1999). Con respecto a la evolución de la densidad de población, se ha detectado un valor máximo de densidad de 6,661 individuos por metro cuadrado, tras de lo cual los valores de densidad muestran oscilaciones con una tendencia general a disminuir. La densidad en actividad se muestra alta al principio del año, para luego descender y después subir a mediados del otoño, debiéndose probablemente a los períodos reproductivos en los que los individuos se muestran bastante activos. En el Período 2007 los valores máximos de densidad se mantienen por debajo de 0,5 individuos por metro cuadrado. Los valores de ambas densidades muestran una gran variación pero ninguna tendencia a incrementarse o a disminuir. Como conclusión, la población ha disminuído sus efectivos, encontrándose en un momento adecuado para su erradicación, ya que la situación no es tan grave como en el caso de las Marismas del Guadalquivir.