La hidrotectónica, una teoría hidráulica de la dinámica terrestre

  1. Soler Liceras, Carlos
Dirigée par:
  1. Ernesto Pereda de Pablo Directeur

Université de défendre: Universidad de La Laguna

Fecha de defensa: 04 février 2011

Jury:
  1. Florentino Santos García President
  2. Manuel Damián García Román Secrétaire
  3. Santiago Hernández Fernández Rapporteur
  4. Juan Eusebio González Fariñas Rapporteur
  5. Antonio Santana Santana Rapporteur
Département:
  1. Ingeniería Industrial

Type: Thèses

Teseo: 302714 DIALNET

Résumé

La Hidrotectónica es una teoría de la dinámica terrestre basada en la hidráulica. Parte de un hecho hasta ahora ignorado por las teorías vigentes: la erosión del fondo del océano por el discurrir de las corrientes profundas oceánicas. La existencia de ese proceso de erosión sobre el fondo de los océanos ha pasado desapercibido en todas las teorías de la dinámica de la Tierra, incluido el neptunismo de Werner. La teoría actual vigente, la Tectónica Global formada por las teorías de la expansión del fondo oceánico, la tectónica de placas y el punto caliente, no considera la existencia de este proceso aunque si asume la presencia de corrientes profundas discurriendo por el cauce. En cuanto a los sedimentos, la Tectónica Global, dice que son todos de origen continental, los aportados por los ríos, más los de origen orgánico procedente de los restos de la biomasa. La existencia de ese proceso erosivo puede ser demostrada mediante varios argumentos pero quizás el más breve y el más claro es el primer principio de la Hidráulica: toda corriente circulando por un cauce provoca procesos de erosión, transporte y sedimentación. Una vez demostrada la erosión oceánica hay que tener presente que el aumento de la velocidad del agua, tal y como sucede en los Estrechos donde todo un océano se ve obligado a pasar por una sección reducida, o el aumento de temperatura y la aportación de gases, como sucede en los procesos volcánicos submarinos que se generan en las dorsales, son factores que pueden llegar a aumentar este proceso erosivo de forma espectacular. Por otra parte y de acuerdo con la constancia en el contenido en sales del agua de mar, demostrada por Osmond Fisher en 1850, obliga a deducir que toda la erosión que se produce en el océano se sedimenta en el fondo para que así pueda permanecer invariable durante eones la salinidad del agua. De esta forma se intuye que la erosión oceánica es mucho mayor que la continental, la demostración y una cierta evaluación de este proceso está en la potencia de sedimentos que se ha hallado en el fondo de los océanos. Según la Tectónica Global la tasa de sedimentación en el océano es de 5mm/1000 años y como el fondo oceánico más antiguo pertenece al Jurásico implica que en esas zonas, entronque entre el talud submarino de América del Norte y la corteza oceánica, la máxima potencia de sedimentos debería ser de un kilómetro. En esa zona Robert Sheridan en la década de los años 70 llegó a medir potencias de sedimentos de hasta 15 km. Esta aparente contradicción nos aporta un orden de magnitud de la erosión y sedimentación oceánica: es, al menos y para esta zona, del orden de 15 veces mayor que la continental. Según Mattahuer y de acuerdo con las potencias de terrenos sedimentarios presentes en los continentes y por él estudiados, se pueden llegar a superar potencias de 20 km. Los procesos de erosión y sedimentación oceánicas se producen en zonas concretas y preferentes. Así en unas zonas se concentra la erosión y en otras se acumula la sedimentación. Observando un plano del fondo del océano se aprecia en seguida estas acciones: en las dorsales, zonas donde la corteza oceánica se levanta, se acumula el proceso erosivo; mientras que en las llanuras abisales, zonas donde se está produciendo un hundimiento, se acumula la sedimentación; ambos hechos reproducen los ensayos realizados en canales hidráulicos. Además, el proceso erosivo genera un adelgazamiento de la corteza oceánica lo que provoca, por isostasia, un proceso de levantamiento del fondo tal y como se observa en las dorsales oceánicas. Por el contrario la acumulación de sedimentos hace que la corteza oceánica se hunda. Ambos hechos descritos podrían resumirse en una sola frase: la erosión corta y levanta y la sedimentación acumula y hunde la corteza oceánica. De esta forma se explican los procesos de levantamiento y hundimiento del fondo de los océanos, son movimientos verticales que explican la existencia de muchos accidentes observados en el fondo de los océanos tales como las dorsales y las islas oceánicas que se transforman en archipiélagos. Pero además de los movimientos verticales también existen en la corteza de la Tierra movimientos horizontales o tangenciales a la superficie como son los desplazamientos de los continentes y la formación de cordilleras. Según la Hidrotectónica estos movimientos horizontales están provocados por los mismos verticales explicados anteriormente. El mecanismo por el que los movimientos de ascenso y descenso de la corteza oceánica son capaces de originar fuerzas horizontales sobre la corteza continental, es la base para entender la fuerza que empuja a los continentes y que al desplazarlos provoca con ese movimiento la formación de cordilleras e incluso el crecimiento de la superficie continental. Parte de este proceso descrito ya lo intuyó Wegener en 1929 cuando magistralmente decía que, aún sin conocer cual era la fuerza que empujaba a los continentes y aún así bautizarla como POHLFLUCHT, era también la causante de la formación de cordilleras. El mecanismo por el que los movimientos verticales de la corteza oceánica generan las fuerzas tangenciales que provocan los desplazamientos horizontales de los continentes, se basa en la situación de la corteza oceánica situada a popa de un continente que se traslada. En dicha corteza oceánica se observa que el lado que está en contacto con el continente se encuentra hundido por la acumulación de miles de metros de sedimentos, mientras que esa misma sección de corteza oceánica, en el centro del océano, se encuentra levantada en las dorsales. Si cogemos como zona de estudio para cuantificar estos esfuerzos a América del Norte y el Atlántico, observamos que la zona hundida de la corteza oceánica, entronque con el continente, se sitúa a 15 km por debajo del nivel del mar mientras que en la dorsal, 3000 km más hacia el oriente, la misma corteza está tan solo a 2 km bajo el nivel del mar. El ángulo de basculamiento, ¿, es entonces el arco cuya tangente es 13/3000, lo que nos proporciona un ángulo muy pequeño de 0,24º, pero suficiente como para aportar una fuerza horizontal debida al peso de la corteza oceánica actuando sobre el continente -Peso x sen ¿- superior a una millonésima que es el coeficiente de rozamiento definido por Wabre, Bersier y Lambert y que figura en el libro de Wegener como valor en la zona de rozamiento entre el continente que se desplaza y la zona superior del manto. Para el caso expuesto de América del Norte el valor de la fuerza empujante, esa Pohlflucht que tanto buscó Wegener y que al final le llegó a costar la vida, es 1.700 veces superior al coeficiente de rozamiento o dicho de otra manera, la fuerza con la que la corteza oceánica al estar basculada empuja al continente es 1.700 veces superior a la necesaria para iniciar el desplazamiento del continente. En la Hidrotectónica se supone que la corteza oceánica se desplaza a través de la superficie de mohoroviciç y que la continental lo hace a través de la zona de despegue de Molnar, definida a unos 15 km de profundidad, en la zona granítica en la que los feldespatos, por la presión existente, están en fusión incipiente. No obstante, si los continentes se desplazaran en los límites inferiores de las placas, tal y como dice la tectónica de placas, en el contacto entre litosfera y astenósfera, el movimiento se produciría con mayor motivo al multiplicar proporcionalmente la parte que empuja por 3 respecto a la empujada. Como puede deducirse en la Hidrotectónica no son necesarias las corrientes de convección en el manto para demostrar los desplazamientos de los continentes, pero tampoco se niega su existencia, lo que si que se plantea es que estas corrientes convectivas sean el efecto más que la causa del desplazamiento continental. Como bien decía Wegener en los procesos geológicos las causas y los efectos están tan íntimamente ligados que a menudo son difíciles de distinguir. A partir de la erosión oceánica se ha explicado como se desplaza un continente, igualmente y así se expone en la Hidrotectónica, se puede explicar la aparición de islas, su transformación en archipiélagos, la aparición de montañas y cordilleras, el crecimiento de los continentes a lo largo de su deambular, la partición de las masas continentales, sus reagrupamientos formando pangeas, los terremotos, los volcanes e incluso la ausencia o presencia de actividad tectónica en los diferentes planetas y satélites que nos acompañan en nuestro sistema solar.