Incidencia de cáncer y mortalidad en el alcohólico crónico

  1. Ribot Hernández, Iván
Dirigida por:
  1. Antonio Martínez Riera Director
  2. Carlos Emilio González Reimers Codirector

Universidad de defensa: Universidad de La Laguna

Fecha de defensa: 23 de enero de 2020

Tribunal:
  1. Alicia Conde Martel Presidente/a
  2. Melchor Angel Rodríguez Gaspar Secretario
  3. Carlos Jorge Ripper Vocal
Departamento:
  1. Medicina Interna, Dermatología y Psiquiatría

Tipo: Tesis

Teseo: 613133 DIALNET lock_openRIULL editor

Resumen

La ingesta de alcohol es una causa principal de muerte y de enfermedad y está profundamente presente en la sociedad de muchos países y regiones de todo el mundo. Los efectos derivados de su consumo constituyen problemas de salud, económicos y sociales de elevada importancia. La prevalencia estimada de consumo es de 3.6% en adultos de edades comprendidas entre los 15 y los 65 años. El informe más reciente de la World Health Organization muestra que en 2016, alrededor del 43% de la población mayor de 15 años (2.3 mil millones de personas) habían consumido alcohol en los 12 meses previos. El consumo total de alcohol per capita en 2016 fue de 6.4 litros, similar a los niveles descritos en 2010. En Europa fue donde se encontraron las tasas más altas de consumo -hasta alcanzar casi un 60%-. Así, la prevalencia del consumo de alcohol es alta en todo el mundo, incluso en regiones donde antes no estaba previamente este hábito, como en el continente asiático. Si analizamos qué ocurre en España, en un estudio realizado en población general española, se encontró que durante el período de tiempo comprendido entre 2011-2012 el 64.5% de la población española consumió alcohol en el último año, el 77.5% había consumido alcohol a lo largo de la vida y el 13.8% lo ingería a diario. Por otro lado, el área geográfica de residencia influye en el consumo de alcohol: diversos autores describen que el hecho de vivir en zonas rurales se asocia con consumo de alcohol en mayores cantidades y durante más tiempo. El nivel socioeconómico suele influir también de forma negativa, es decir, a peor nivel socioeconómico o peor nivel educacional mayor consumo de alcohol. En nuestro medio, un estudio realizado por nuestro grupo en población mayor de 15 años en La Esperanza (un pueblo rural de Tenerife) en 492 personas (232 hombres y 260 mujeres) reveló que el 64.6% consumía alcohol. De ellos, el 18.2% (34.1% de los hombres y 4.2% de las mujeres) refirieron consumo excesivo de alcohol (más de 80 g/día y de 40 gramos/día, respectivamente). Los hombres consumían 62.3±4.0 g/día de media y las mujeres 8±1 g/día. El bajo nivel educacional, estar desempleado o con trabajo no cualificado, el sexo masculino, estar casado o separado y el consumo diario (sobre todo de vino) se relacionaron con un mayor consumo de alcohol. Por tanto, el consumo crónico de alcohol constituye un problema de primer orden a nivel mundial. Se ha identificado como factor de riesgo de múltiples enfermedades. Así, es factor de riesgo cardiovascular, está implicado en el desarrollo de hepatopatía crónica y sus complicaciones y se asocia a múltiples neoplasias. Actualmente se considera como uno de los principales factores de riesgo de enfermedad y de discapacidad. El objetivo principal del presente trabajo es analizar la incidencia de neoplasias en un colectivo de alcohólicos severos ingresados en nuestro centro, su impacto en la mortalidad y determinar los factores que pueden jugar un papel en el desarrollo de cáncer en estos pacientes. Con respecto al primer punto, las neoplasias de la región orofaríngea ocupan el primer lugar con un 28.6% de los casos, seguidas del cáncer de colon (20.24%) y las de próstata en tercer lugar (13.1%). Lo más llamativo en nuestra serie es la baja incidencia de hepatocarcinoma (8.33%). En cualquier caso, la evolución clínica del hepatocarcinoma en nuestro colectivo fue muy negativa ya que murieron el 85% de los pacientes durante el período de seguimiento. Contrasta esta baja incidencia con la elevada prevalencia de tumores del área orofaríngea. Esta neoplasia se comportó de forma agresiva (murieron el 65% de los pacientes con neoplasia orofaríngea 246 durante el seguimiento). Otras neoplasias que también tuvieron un curso peor en este grupo de pacientes fue el cáncer de colon con una mortalidad del 64.3% y el de próstata, con una mortalidad del 50%. Estas cifras son superiores a las observadas en la población general y refuerzan la apreciación general de que el consumo de alcohol influye de forma adversa en la evolución de cualquier neoplasia. En este estudio hemos analizado la mortalidad a largo plazo de los pacientes alcohólicos ingresados en un servicio hospitalario. Destaca en este colectivo la alta incidencia de neoplasias. Como conclusiones, destaca que el 17.9% de los pacientes desarrollaron neoplasias durante el período de seguimiento, siendo las más frecuentes las del área orofaríngea (28.9%). La mortalidad de los pacientes alcohólicos ingresados en el servicio de Medicina Interna de nuestro centro es elevada, afectando a 45%. Las causas principales de muerte derivan de insuficiencia hepática (33%), sepsis (31%) y neoplasia terminal (22%). En el colectivo estudiado la mortalidad depende de la función hepática y del hecho de continuar bebiendo. La aparición de una neoplasia no guarda relación con la mortalidad.