Esclerosis múltiple y hábitos alimentarios en Canarias
- Martín Palmero, María Ángeles
- Lluís Serra Majem Zuzendaria
- Eva Elisa Álvarez León Zuzendaria
- Miguel Angel Hernández Pérez Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Fecha de defensa: 2009(e)ko abendua-(a)k 04
- José Regidor García Presidentea
- Jorge Doreste Alonso Idazkaria
- Josep Antoni Tur Marí Kidea
- Antonio Cabrera de León Kidea
- Antonio Sierra López Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
INTRODUCCIÓN: La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad desmielinizante del sistema nervioso central (SNC). Canarias al igual que en el resto del territorio español nos encontramos en una zona de riesgo medio-alto de prevalencia. Existe una hipótesis que sugiere que la dieta en la EM puede modificar el curso de la enfermedad. OBJETIVOS: Conocer los hábitos alimentarios de una muestra de pacientes con EM en relación a los hábitos alimentarios de la población canaria en general y su relación con la presencia de EM y con la evolución de la enfermedad. MATERIAL Y MÉTODOS: Estudio casos-control, utilizando una muestra (n=400) de sujetos sanos y una muestra (n=100) constituída por pacientes canarios diagnosticados de EM según criterios de Poser. Se realizó un cuestionario de frecuencia de consumo (CFCA) con 81 alimentos y dos recordatorios de 24 horas en dos días no consecutivos y dentro de un intervalo de 15 días. Se comparó hábitos nutricionales entre sujeros sanos y pacientes con EM y se analizó si la ingesta de nutrientes impactaba en la clínica de la enfermedad. RESULTADOS: Los sujetos con EM consumían más dieta mediterránea, que los sujetos sin EM: OR: (1.17-5.44), menos ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) : OR 0.37 (0.20-0.68) y menos vitamina A : OR0.33(0.16-0.70) y vitamina C: OR 0.42 (0.20-0.88). Los pacientes con más recaídas consumían menos legunbres OR 0.16 (0.02-1.04), menos frutos secos =R 0.01 (0.00-0.30); menos AGPI OR 0.11 (0.01-0.99) y menos vitamina A OR 0.01(0.00-0.18). CONCLUSIONES: Los sujetos con EM mostraron hábitos alimentarios más saludables, sin embargo los que consumían menos AGPI y menos vitaminas A y C tenían una peor evolución clínica.