Lo que es significativo (para mí) de los aprendizajesreflexiones desde la perspectiva del que aprende

  1. José Arnay Puerta
Libro:
VII Encuentro internacional de Aprendizaje Significativo ; V Encuentro Iberoamericano sobre Investigación en Enseñanza de las Ciencias. [Recurso electrónico]
  1. Concesa Caballero Sahelices (coord.)
  2. Jesús Ángel Meneses Villagra (coord.)
  3. Moreira, Marco Antonio (coord.)

Editorial: Servicio de Publicaciones e Imagen Institucional ; Universidad de Burgos

ISBN: 978-84-16283-21-7 84-16283-21-4

Año de publicación: 2015

Páginas: 19-30

Congreso: Encuentro Iberoamericano sobre Investigación Básica en Educación en Ciencias (5. 2015. Burgos)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

Aprender puede ser una actividad interesante, divertida, apasionante, motivadora o, por el contrario, aburrida, insoportable o carente de sentido y significado para el que aprende. ¿Por qué algo que puede resultar de una manera se llega a transformar en la otra?, o mejor, ¿cómo podríamos transformar lo segundo en lo primero? A estas alturas si algo sabemos de la educación y del acto de educar es que es una relación compleja, por el enorme conjunto de factores que intervienen, tanto contextuales como situacionales y por la enorme cantidad de variables personales a veces difíciles de controlar. Si nos ubicamos en los procesos de enseñanza y aprendizaje de un nivel educativo concreto o en una materia concreta podemos comprobar que dicha complejidad no desaparece en absoluto. Esto nos lleva a una evidencia clara, aunque no siempre entendida de forma adecuada: que en la educación no hay soluciones fáciles a los problemas complejos que deben gestionar, por lo que no queda otro camino que complejizar las soluciones, o caer en reduccionismos que de nada sirven. Esa complejidad muestra toda su naturaleza problemática cuando nos situamos en la perspectiva del que aprende, pues los procesos cobran otra luz si comprendemos que si bien el aprendizaje es una característica humana que tiene un enorme valor adaptativo, las características de los mecanismos que lo hacen posible pueden sufrir serias modificaciones y dificultades cuando trabajan en situaciones formales y organizadas para cumplir determinados objetivos o alcanzar determinados rendimientos. Este artículo analiza el papel del conocimiento como parte inseparable de la cultura y de la formación de la mente que lo promueve, como forma de adaptarse y encontrar respuestas al mundo físico y social, cosa que no siempre coincide con los propósitos del sistema educativo. En segundo lugar se realiza una valoración sobre el papel del tiempo como un factor poco tenido en cuenta en los procesos de aprendizaje, abocados a una productividad incesante, una evaluación obsesiva y un corto plazo que hace muy difícil tener una perspectiva diacrónica de los mismos. En tercer y cuarto lugar se examinan los contrastes entre los aprendizajes íntimos, privados y públicos relacionados con tres niveles de conocimiento, el cotidiano, el escolar y el científico, cuyas epistemologías y formas de operar son sensiblemente distintas. La identificación y confrontación entre formas de aprender y tipos de conocimiento nos pueden dar algunas pistas para entender algunas de las enormes dificultades de las tareas educativas.