De animal a hombreel acta fundacional de la primera estación primatológica del mundo (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1912)
- 1 Departamento de Historia y Filosofía de la Ciencia, la Educación y el Lenguaje, Universidad de La Laguna (España)
ISSN: 0423-4804
Ano de publicación: 2017
Número: 61
Páxinas: 11-21
Tipo: Artigo
Outras publicacións en: Estudios Canarios: Anuario del Instituto de Estudios Canarios
Resumo
El gran desarrollo alcanzado, durante la segunda mitad del siglo XIX, por la ciencia natural experimental, gracias a modelos animales, supuso un importante avance tanto en la fisiología como en la psicología experimentales. A este importante factor se le añadió la gran influencia de la teoría de la evolución de las especies biológicas según las bases entonces propuestas por Charles Darwin. La unión y sinergia de estas dos tendencias supuso el nacimiento de la psicofisiología comparada y del afán por estudiar el sistema nervioso central de las especies más próximas al hombre, es decir, los grandes simios (chimpancé, bonobo, orangután y gorila). Este tipo de planteamientos, que estaban ya presentes en la mayoría de científicos europeos, cristalizaron por vez primera en la Alemania guillermina merced al apoyo de la Academia Prusiana de Ciencias. En efecto, el neurofisiólogo de la Universidad de Berlín Max Rothmann dictó una conferencia sobre el tema ante un buen número de naturalistas y médicos alemanes en Münster, en septiembre de 1912, la cual fue publicada íntegramente en la Berliner Klinische Wochenschrift (7 de octubre de 1912). Y es allí donde el autor propone la creación de una estación primatológica con el fin de estudiar la psicofisiología y el sistema nervioso de los grandes simios. En este trabajo se analiza y glosa el texto, el contexto y los problemas que surgieron en la puesta en marcha de dicho centro, ubicado precisamente en la isla de Tenerife. La novedad de la propuesta estribaba en que se pretendía conservar a los animales en unas condiciones lo más cercanas posibles a su estado natural, cosa nunca vista hasta entonces, pues la costumbre era tener a los animales cautivos en zoológicos de tipo victoriano, sin apenas preocuparse de las circunstancias ambientales y climáticas que les rodeaban. Además, con el fin de hacer la propuesta viable, se sugería una interesante innovación geográfica: los animales no sólo debían estar en unas condiciones muy cercanas a un estado de semi o cuasilibertad sino que tanto su captura como su traslado fuesen económicamente viables y permitiendo que los científicos pudieran desplazarse con ciertas facilidades. Son estos factores los que hicieron que se escogiera Tenerife