Hacia una nueva conceptualización y medición de las actitudes intergrupales basadas en dimensiones estereotípicas

  1. SAYANS JIMÉNEZ, PABLO
Dirigida por:
  1. Antonio José Rojas Tejada Director/a
  2. María Isabel Cuadrado Guirado Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Almería

Fecha de defensa: 16 de enero de 2015

Tribunal:
  1. María de las Nieves Quiles del Castillo Presidenta
  2. Juan García García Secretario/a
  3. Marco Brambilla Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 376621 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

Los estereotipos constituyen una herramienta fundamental para inferir las actitudes intergrupales y predecir evaluaciones (entre ellas, reacciones emocionales) o comportamientos. El modelo del contenido de los estereotipos (MCE; Cuddy et al., 2009; Fiske, Cuddy, Glick, & Xu, 2002; Fiske, Xu, Cuddy, & Glick, 1999) y las propuestas derivadas de este modelo (Brambilla, Rusconi, Sacchi, & Cherubini, 2011; Brambilla, Sacchi, Rusconi, Cherubini, & Yzerbyt, 2012; Ellemers, Pagliaro, Barreto, & Leach, 2008; Goodwin, Piazza, & Rozin, 2014; López-Rodríguez, Cuadrado, & Navas, 2013; Leach, Ellemers, & Barreto, 2007) se apoyan en el contenido de los estereotipos para predecir reacciones emocionales específicas (evaluaciones matizadas) y comportamientos hacia el objeto de las actitudes intergrupales. Según el MCE, el contenido más diagnóstico de los estereotipos puede verse reflejado en dos dimensiones: competencia y calidez. Las propuestas derivadas de este modelo matizan que la dimensión de calidez está compuesta por dos dimensiones diferentes: sociabilidad y moralidad. El MCE y el BIAS Map (Behaviours from Intergroup Affect and Stereotypes Map; Cuddy, Fiske, & Glick, 2007; Fiske et al., 1999, 2002) son modelos dominantes en el estudio de las actitudes intergrupales y han reflejado numerosas evidencias de validez que avalan su uso en diferentes grupos, países y culturas (Cuddy et al., 2009). Dada su utilidad y aceptación internacional, la presente tesis trata de combinar las ventajas de dichos modelos con los avances obtenidos en el ámbito de las relaciones intergrupales, de las actitudes y de la medición psicológica. Para ello, en primer lugar se presenta un marco teórico que incorpora aportaciones recientes en el estudio de las actitudes con objeto de proponer una definición de actitud intergrupal. En este marco teórico se resalta la distinción entre actitudes y evaluaciones (Cunningham, Zelazo, Packer, & Van Bavel, 2007) y las actitudes se consideran separables de las bases de información relevantes para ellas (cognitivas, afectivas y conativo/conductuales; Fabrigar, Macdonald, & Wegener, 2005). Además, se sugiere la adopción de modelos actitudinales que reflejen un único sistema que integre las evaluaciones automáticas y las más reflexivas a través de diferentes iteraciones en el proceso evaluativo (frente a los modelos duales; Cunningham & Zelazo, 2007). Con respecto a los estereotipos, se destaca la importancia diagnóstica de los asociados a moralidad y la necesidad de estudiar la posible asimetría evaluativa entre los polos de dicha dimensión. Por otro lado, se presenta una formalización de la estructura interactitudinal entre las actitudes hacia los objetos específicos de una categoría y las actitudes hacia el Nivel Básico de Categorización de dicha categoría (NBC). El NBC es el nivel de abstracción compartido por todos los elementos de una categoría y el más eficiente cognitivamente (Rosch, Mervis, Gray, Johnson, & Boyes-Braem, 1976). Concretamente, esta formalización propone que cuando se percibe a personas no familiares en primera instancia, independientemente del exogrupo al que pertenezcan, todas compartirán el mismo nivel de abstracción, el NBC. Y se empleará para explorar la estructura interactitudinal entre las actitudes intergrupales hacia los exogrupos concretos y la actitud intergrupal hacia el NBC empleado para las personas no familiares. Teniendo en cuenta estas propuestas teóricas, se han llevado a cabo tres estudios empíricos destinados a: 1) comprobar la adecuación del contenido de las escalas empleadas para medir la dimensión de moralidad, 2) recabar evidencias de validez que avalen la formalización de la estructura interactitudinal propuesta y, 3) proponer una nueva estructura factorial que permita mejorar la medición del contenido de los estereotipos a partir de las dimensiones de competencia, moralidad y sociabilidad. En primer lugar, el Estudio 1 destaca que las escalas que se emplean para medir el contenido de los estereotipos de la dimensión de moralidad no incluyen ítems (i.e., estereotipos) que representen el polo negativo de esta dimensión. La importancia del polo negativo de la moralidad es clave, tanto por su carácter diagnóstico (Skowronski & Carlston, 1987), como por su mayor peso evaluativo (Goodwin & Darley, 2012). Los resultados obtenidos en este estudio avalan la utilidad de los ítems asociados al polo negativo de la moralidad, pero no permiten concluir que su inclusión suponga una mejora en la validez predictiva de las escalas empleadas en la actualidad (i.e., sólo con ítems del polo positivo de la moralidad). Una vez elegida la forma convencional para la medición de las actitudes intergrupales empleando las dimensiones de moralidad, competencia y sociabilidad (sólo ítems positivos), en el Estudio 2 se propone una formalización de la estructura interactitudinal entre las actitudes intergrupales hacia el NBC empleado para las personas no familiares y las actitudes intergrupales hacia un exogrupo concreto. En este estudio se ha construido una herramienta de medida que permite la medición de las actitudes intergrupales hacia el NBC de las personas no familiares empleando las dimensiones de moralidad, competencia y sociabilidad. Los resultados muestran que es posible llevar a cabo la medición de las actitudes intergrupales hacia el NBC empleando técnicas de autorreporte y, además, avalan la formalización para la estructura interactitudinal entre las actitudes intergrupales hacia el NBC y las actitudes intergrupales hacia un exogrupo concreto. El modelo interactitudinal propuesto ofrece numerosas ventajas, entre las que se podrían destacar: 1) inferir la actitud promedio hacia todos los exogrupos conocidos y todas las personas no familiares en general, 2) predecir qué actitud tendrá más influencia en las evaluaciones sobre exogrupos o personas de las que no se dispone de información previa y, 3) estimar las diferencias latentes entre las actitudes intergrupales hacia el NBC y las actitudes intergrupales hacia un exogrupo concreto. Estas diferencias latentes reflejan qué parte de las actitudes intergrupales hacia un exogrupo concreto se debe a las características distintivas de ese exogrupo (frente al resto de exogrupos) y qué parte se debe a las características asociadas a todos los exogrupos. Para finalizar, el Estudio 3 tiene como objetivo revisar la estructura factorial de los modelos que emplean las dimensiones de moralidad, competencia y sociabilidad (también sería aplicable a los que emplean competencia y calidez). Tanto en los Estudios 1 y 2 como en otras investigaciones (Eckes, 2002; Fiske et al., 1999; Judd, James-Hawkins, Yzerbyt, & Kashima, 2005; Lin, Kwan, Cheung, & Fiske, 2005; López-Rodríguez et al., 2013) se han hallado correlaciones positivas entre estas dimensiones mucho más elevadas de lo previsto atendiendo a su conceptualización teórica. Dichas correlaciones pueden interpretarse como un indicio de una relación compartida (no debida al contenido específico de las dimensiones) entre los ítems de las dimensiones de moralidad, competencia y sociabilidad (o de competencia y calidez). Las personas, además de expresar las evaluaciones intergrupales a través de las reacciones emocionales asociadas al contenido específico de los estereotipos, evalúan los objetos sociales a lo largo de una dimensión evaluativa global ¿positivo-negativo (Bargh, Chaiken, Govender, & Pratto, 1992; Cunningham & Van Bavel, 2009; Fazio, Sanbonmatsu, Powell, & Kardes, 1986). En este estudio se muestran evidencias empíricas que avalan el uso de modelos bifactoriales para representar la estructura que refleja el contenido de los estereotipos. Los modelos bifactoriales resumen la relación entre los ítems empleados en dos tipos de factores, uno general, común a los indicadores (i.e., evaluación global), y otros específicos compuestos por grupos de ítems que reflejan el contenido específico de cada una de las dimensiones (moralidad, competencia y sociabilidad). El desarrollo de este trabajo pretende contribuir al avance en la medición y la conceptualización de las actitudes intergrupales. Algunas de las propuestas presentadas han dado lugar a la identificación de nuevos constructos que reflejan el contenido de los estereotipos: 1) las diferencias latentes entre las actitudes intergrupales hacia el NBC y las actitudes hacia exogrupos concretos (i.e., representan las características específicas de un exogrupo frente al resto de la categoría) y 2) las evaluaciones globales (compartidas por todos los indicadores de los estereotipos). Futuras investigaciones deberán explorar la relación entre estos constructos y diferentes reacciones emocionales y comportamientos dirigidos hacia el exogrupo, así como con otras variables intergrupales de interés, como la identidad social, la similitud percibida, la percepción de amenaza o los procesos de aculturación.