La marina de guerra de la corona de Castilla en la baja edad mediadesde sus orígenes hasta el reinado de Enrique IV

  1. GARCÍA DE CASTRO, FRANCISCO JAVIER
Dirigida por:
  1. María Isabel del Val Valdivieso Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Valladolid

Fecha de defensa: 12 de abril de 2011

Tribunal:
  1. Beatriz Arízaga Bolumburu Presidente/a
  2. Juan Carlos Martín Cea Secretario/a
  3. Eduardo Aznar Vallejo Vocal
  4. María Luisa Bueno Domínguez Vocal
  5. Isabel Montes Romero-Camacho Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El objeto de nuestro estudio es trazar las líneas históricas esenciales de la Marina de Guerra de Castilla desde sus tempranos inicios en el siglo XIII hasta finales del reinado de Enrique IV en el último cuarto del siglo XV, cuando la llegada al trono de los Reyes Católicos abre una nueva etapa en el devenir de los reinos hispánicos cuya amplitud y envergadura exceden nuestra misión. Es en estos siglos cruciales cuando se forma y define el verdadero carácter de la Marina castellana, que comienza su andadura de manera humilde, con apenas una docena de galeras, pero que a lo largo de las centurias siguientes se desarrollará, tras numerosas batallas en todos los mares que circundan la Península Ibérica y contra todos los enemigos de su época, cada vez con mayor vigor, con paso lento pero firme, hasta eclosionar, fuera ya de los límites de este trabajo, en la potencia naval de una Castilla que dominará el mundo. Para una mejor comprensión tanto del proceso evolutivo de la Marina como de los aspectos incidentes en su desarrollo, la tesis se ha estructurado en cuatro grandes apartados o bloques fundamentales, comenzando por el dedicado a los remotos orígenes que servirán de fundamento posterior a la creación de la Marina de Guerra de Castilla. Arranca nuestro estudio en el siglo XII, pues aunque no pueda hablarse de la existencia de una Marina castellana en esa época, sí se producen los primeros hechos que derivarán en su posterior establecimiento un siglo después de la mano de Alfonso X, a raíz de la conquista de Sevilla. Se dan en esos momentos las condiciones necesarias para ello, como son la experiencia acumulada por el Rey en asuntos navales, la existencia de unos hombres expertos en las lides marineras, la creación del Almirantazgo como institución canalizadora de los asuntos militares referidos al mar, y ciertas premisas de carácter económico y jurídico con respecto a las primeras tripulaciones de los barcos de guerra. En un segundo y amplio apartado, analizamos la institución que llevará sobre sí la responsabilidad jurídica y económica de todos los aspectos que atañen a la Marina de Castilla: el Almirantazgo, cuya jurisdicción se extendía a todos los puertos del reino, como atestiguan los sucesivos nombramientos conocidos de los almirantes, aunque en la práctica su poder fuera duramente constestado por parte, sobre todo, de los grupos concejiles. Se estudian todos los aspectos concernientes a su origen, su legislación, la figura del almirante y sus potestades jurisdiccionales de todo orden, tanto militares como administrativas o económicas. Se completa este apartado con un extenso análisis prosopográfico de los almirantes de Castilla a lo largo del periodo que va desde 1253, con el nombramiento del primer almirante, Ruy López de Mendoza, hasta 1474, fecha límite de la tesis, ocupando el cargo Alfonso Enríquez. El tercer apartado aborda la comprensión histórica de la Marina de Castilla a través de análisis de los acontecimientos más significativos en que tuvo que participar a la luz de las crónicas y fuentes documentales. En este proceso intentamos reflejar con el mayor rigor posible el verdadero alcance y significado de la presencia en el mar de los barcos de guerra de Castilla durante el periodo estudiado. Prescindimos para ello, intencionadamente, de las interpretaciones que otros autores hayan podido realizar, con objeto de esbozar un planteamiento acorde únicamente con la información contenida en las fuentes, contrastando, además, las diferentes crónicas de la época para intentar establecer los hechos en su verdadera dimensión, conscientes siempre, no obstante, de la carga subjetiva subyacente. El último gran bloque en que hemos dividido la tesis está conformado por la organización de la Marina de Guerra de Castilla desde distintas vertientes: material, humana, logística y jurídica, proponiendo, consecuentemente, un esquema organizativo que atiende a un análisis múltiple en su estructura y desarrollo. Respondiendo a la diversidad temática del epígrafe, ha sido preciso dividirlo en varios subapartados que analizan dentro de cada aspecto señalado los diferentes factores incidentes. Se han establecido, de esta forma, los siguientes puntos: - las ordenanzas y normativas que regían la vida de los hombres embarcados en las naves de guerra. - los medios económicos a los que la Corona debe recurrir para hacer frente a los cuantiosos gastos que la formación de armadas representaban, y que eran financiadas principalmente por los servicios otorgados en Cortes, aunque no se excluían otros recursos. - las tripulaciones de los barcos que integraban armadas y flotas, tanto en lo referente a los cuadros de mando de las naves como a la marinería. - el estudio de las naves de guerra empleados por la Marina castellana, y que podemos englobar en dos grandes tipologías, las naves redondas, más pesadas, cuyo cometido fundamental era la carga de mercancía y tropas, y las alargadas, constituyendo la galera el barco de guerra por excelencia. - las infraestructuras necesarias para asegurar el funcionamiento de la Marina de Guerra, destacando sin duda los puertos de Castilla y, sobre todo, las atarazanas, auténticas bases de construcción y mantenimiento de los barcos. Aún dentro de este mismo bloque, y antes de establecer las conclusiones finales que se desprenden del trabajo realizado y que se han ido desgranando a lo largo del mismo, hemos dedicado un epígrafe específico a la reflexión acerca de la existencia en la Castilla bajomedieval de armadas y flotas permanentes con la suficiente preparación y equipamiento para garantizar la seguridad de las costas del reino y el mantenimiento de las rutas marítimas circundantes.