Variables ejecutivas y educativas que influyen en el desempeño académico de adultos delincuentes

  1. Héctor Moreira, Claudia
Dirigida por:
  1. Ana María Martín Rodríguez Directora
  2. María Dolores Roldán Tapia Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de La Laguna

Fecha de defensa: 12 de marzo de 2021

Tribunal:
  1. Rui Abrunhosa Gonçalves Presidente/a
  2. Estefanía Hernández Fernaud Secretaria
  3. Leticia de la Fuente Sánchez Vocal
Departamento:
  1. Psicología Cognitiva, Social y Organizacional

Tipo: Tesis

Teseo: 650614 DIALNET

Resumen

Cuando se plantea la relación entre delincuencia y educación, se hace referencia tanto a la tasa de delincuencia como de reincidencia. En ambos casos, se analiza no sólo el rendimiento, la asistencia y la conducta escolares, sino también otras variables cognitivo-motivacionales relacionadas con el desempeño escolar. Sin embargo, la mayoría de los estudios con delincuentes se centran sólo en su bajo rendimiento académico (Thompson y Morris, 2016), que se vincula con dificultades de aprendizaje, normalmente dislexia y TDAH (Lindgren, Dalteg, Wirsén-Meurling y Ingvar, 2002; Talbot y Riley, 2007). La educación en prisión contribuye a reducir la reincidencia (Davis, Bozick, Steele, Saunders y Miles, 2013; Kim y Clark, 2013), pero la relación entre rendimiento académico y reincidencia es espuria, ya que la mayoría de los/las reclusos/as pertenecen a grupos sociales más vulnerables y con más carencias que, no sólo influyen a nivel académico, sino que repercuten directamente en menos oportunidades de trabajo al estar en libertad (Roth, Asbjørnsen y Manger, 2017). La falta de empleo provoca que los/las ex_reclusos/as dependan exclusivamente de prestaciones sociales, lo que hace más probable que reincidan (Palmer, 2012). La educación en prisión reduce el riesgo de reincidencia al aumentar sus oportunidades de empleo en libertad (Davis et al., 2013). A pesar de la evidencia acumulada sobre la relación entre rendimiento académico y delincuencia, son escasas las intervenciones con delincuentes que se centren en sus dificultades de aprendizaje, frente a los programas dirigidos al control de la ira y la violencia o de la agresión sexual (Taylor y Lindsay, 2010). Probablemente esto sea así porque son pocos los estudios sobre las variables que influyen en el rendimiento académico de los/las presos/as, no tanto por el hecho de ser presos/as sino adultos, ya que la investigación sobre el rendimiento académico de adultos en educación básica es muy escasa, frente a la de niños/as y adolescentes. Las variables cuya relación con el desempeño y el rendimiento académico han recibido apoyo empírico en los estudios previos se podrían agrupar en dos categorías. Por un lado, estarían las variables clásicas, de naturaleza cognitivo-motivacional como el autoconcepto académico, la autoeficacia académica, la motivación de logro y la satisfacción con los resultados. Por otro lado, estarían las variables del funcionamiento ejecutivo que, a raíz del auge de la investigación en neurociencia se han relacionado también con el rendimiento y el desempeño académico. Los resultados previos han sido bastante inconsistentes en cuanto a la contribución específica de cada variable de funcionamiento ejecutivo al rendimiento y al desempeño académico, pero apuntan a que son la memoria de trabajo, el control de la interferencia, la flexibilidad cognitiva y la planificación las más prometedoras (Jacob y Parkinson, 2015; Best, Miller y Naglieri, 2011; Rapoport, Rubinsten y Katzir, 2016; Yeniad, Malda, Mesman, van Izendoorn y Pieper, 2013). El funcionamiento cognitivo se ha relacionado también con el inicio, mantenimiento y desistimiento de la conducta delictiva. Los estudios al respecto sugieren que los delincuentes presentan alteraciones en la realización de tareas neuropsicológicas que implican el uso de las funciones ejecutivas (Gil-Fenoy, García-García, Carmona-Samper y Ortega-Campos, 2018; Morgan y Lilienfeld (2000); Ogilvi et al., 2011). Los trastornos neuropsicológicos detectados afectan al lenguaje, la memoria de trabajo, la atención selectiva y sostenida, la planificación, la inhibición y la flexibilidad cognitiva (Borrani et al., 2019). Basándonos en esas premisas se llevaron a cabo dos estudios en los que se analizó el efecto de variables cognitivo-motivacionales y de funcionamiento ejecutivo en el rendimiento y desempeño académico de alumnos/as de Educación para personas Adultas que cursaban sus estudios en prisión, con otro grupo de estudiantes no delincuentes. En el Estudio 1 se analizaron las variables cognitivo-motivacionales: auto-concepto académico, autoeficacia académica, orientación al aprendizaje y clima escolar. Estas variables fueron medidas mediante cuestionarios, adaptados al español y/o validados en investigaciones previas, que se aplicaron individualmente o en pequeños grupos. Los resultados obtenidos indican que el alumnado delincuente se muestra más motivados y su rendimiento académico es mejor que el del alumnado no delincuente, así como que las variables objeto de estudio explicaron un porcentaje porcentajes de varianza estadísticamente significativo para el desempeño académico, pero no para el rendimiento académico. En el Estudio 2 se investigaron las variables de funcionamiento ejecutivo atención, flexibilidad cognitiva, control de la interferencia, planificación, memoria espacial, memoria de trabajo, impulsividad y fluidez verbal. Se emplearon para ello pruebas neuropsicológicas y cuestionarios que se aplicaron de manera individual y colectiva. Para medir el funcionamiento ejecutivo se emplearon pruebas neuropsicológicas y cuestionarios, adaptados al español y/o validados en investigaciones previas, que se aplicaron individualmente en algunos casos y en otros en pequeños grupos. Los resultados obtenidos indican que, en general, el alumnado delincuente obtiene mejores resultados en funcionamiento ejecutivo que el alumnado no delincuente, concretamente en fluidez verbal, atención y flexibilidad cognitiva. Pero, cuando se comparan con la población normativa, ambos grupos tienen más dificultades en memoria de trabajo, control de la interferencia, impulsividad, atención, flexibilidad cognitiva, planificación, memoria espacial y fluidez verbal. El alumnado delincuente también consigue un mayor rendimiento académico que el alumnado no delincuente. El funcionamiento cognitivo se relacionó de forma estadísticamente significativa, tanto con el rendimiento como con el desempeño académico. Las variables que mejor predijeron el rendimiento académico fueron la memoria de trabajo, la atención y la flexibilidad cognitiva En base a los resultados obtenidos se concluye que cuando los delincuentes adultos y el grupo de comparación está igualado en edad, tramo educativo e inteligencia general, y no incluye personas con antecedentes delictivos como jóvenes o como adultos, los resultados difieren de los obtenidos en investigaciones previas en las que se analizan el rendimiento académico y el funcionamiento ejecutivo de delincuentes juveniles a los/las que se compara con estudiantes de secundaria. La educación es un derecho fundamental de las personas que repercute en su calidad de vida y, aunque en el contexto carcelario existen una serie de circunstancias que la dificultan, es posible afrontarlas aunando los esfuerzos de distintas disciplinas. Para mejorar la educación en prisión es necesario enfatizar que los/las reclusos/as, además de personas que han cometido un delito por el que cumplen una sentencia, son adultos que no han completado la educación obligatoria. Por lo tanto, el objetivo final de la educación en prisión ha de ser, no solo ser aumentar el nivel académico de estas personas, sino sus posibilidades de inserción social al volver a la comunidad.