Planificación energética en los sistemas aisladosun enfoque desde las energías limpias y la economía circular. Caso del archipiélago canario

  1. UCHE SORIA, MANUEL
Zuzendaria:
  1. Carlos Rodríguez Monroy Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Politécnica de Madrid

Fecha de defensa: 2019(e)ko ekaina-(a)k 21

Epaimahaia:
  1. Fernando Hernández Sobrino Presidentea
  2. Yilsy Núñez Guerrero Idazkaria
  3. Vicenc Fernández Alarcón Kidea
  4. Enrique González Cabrera Kidea
  5. Carmen de Pablos Heredero Kidea
  6. Eva María Mora Valentín Kidea
  7. José Amelio Medina Merodio Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 594895 DIALNET

Laburpena

Los Sistemas Eléctricos Insulares y Extrapeninsulares (SEIE) tienen un rol peculiar en la estructura energética de España. Aunque son regiones con recursos renovables disponibles, sus sistemas energéticos suelen depender -en su mayoría- de los combustibles fósiles. Esto se debe a los fuertes condicionantes geográficos, a la falta de un desarrollo tecnológico a escala y a la aplicación de políticas energéticas no particularizadas a estos entornos. En el caso de las Islas Canarias, el vector energético mayoritario corresponde a los productos petrolíferos y, por este motivo, es clave avanzar hacia una transición energética sin complejos en los próximos años. El estado actual y los objetivos que hasta ahora se han cumplido en este archipiélago no componen un marco especialmente esperanzador. Se requieren importantes cambios para reorganizar la planificación energética de las Islas Canarias. En primer lugar, se analiza la estructura del sistema energético canario. El estado actual, las investigaciones en curso y los ejes sobre los que se debe fundamentar la futura política energética de estos sistemas eléctricos insulares, son cuestiones clave que se tratan en esta investigación. Para ello, se analizan tres escenarios energéticos hasta 2030 y se discuten las tendencias e incertidumbres acerca de la penetración de las energías renovables en estos pequeños territorios. Los resultados de este estudio reflejan que es necesario un cambio decidido con respecto a las políticas aplicadas hasta ahora en estas islas. Para el escenario más optimista, es posible alcanzar hasta el 49% de la generación de electricidad a través de energías renovables y reducir las emisiones de CO2 en un 48% para 2030. En cualquier caso, en este archipiélago es necesario prestar especial atención a las interconexiones entre islas, a la diversificación del mix energético para reducir la alta dependencia de combustibles fósiles, y a las medidas de ahorro energético. En segundo lugar, se analiza el marco normativo de los SEIE en materia energética. El aislamiento es la principal característica de estos territorios, por lo que las posibilidades para que su población e industria tengan cubiertas sus necesidades eléctricas se reducen enormemente. En términos energéticos, este aislamiento se traduce en un hándicap a tener en cuenta en el plano económico y en el autoabastecimiento. Por ejemplo, es necesario establecer márgenes de reserva muy altos frente a los diseñados para el territorio peninsular, lo que lleva consigo una bajada de rendimiento de los equipos de generación y el sobrecoste asociado al funcionamiento en estas condiciones. Desde el año 2013 que entra en vigor la Ley del Sector Eléctrico (Ley 24/2013, de 26 de diciembre), se han producido cambios normativos que influyen directamente en los sistemas eléctricos aislados. El Real Decreto 738/2015, de 31 de julio, cambia a un modelo retributivo que prima la eficiencia de las tecnologías, la gestión y el correcto mantenimiento de las instalaciones de generación. Con este cambio también se crea un nuevo mercado virtual para cada sistema (o subsistema) aislado: se comienza a tener en cuenta los precios del año móvil del continente y los costes de generación. Este nuevo método de casación implica una reducción en la volatilidad del mercado eléctrico en los SEIE, pues parte del precio de compra pasa a ser conocido. En tercer lugar, la gestión de los residuos sólidos urbanos (RSU) es un aspecto problemático en los entornos aislados en comparación con los territorios continentales, no sólo porque la producción de residuos crece exponencialmente, sino porque la limitación del espacio, la falta de una tecnología acorde con las necesidades de estos subsistemas y los picos de generación debidos al turismo existente, son otras barreras que deben superarse. Una mejora en la gestión de estos RSU podría mejorar el mix energético aprovechando su contenido energético. Es por esto por lo que se particulariza el estudio del potencial de valorización de los RSU en la isla de La Gomera. Se trata de obtener una fuente adicional de energía para producir calor y electricidad y, al mismo tiempo, explorar la posibilidad de recuperar los residuos depositados en el vertedero del complejo ambiental de El Revolcadero para su reutilización, reciclaje y, cuando esto no sea posible, para su valorización y reaprovechamiento energético (landfill-mining). Muchas ventajas se derivan de este modelo: aumento significativo en la fracción de reciclaje (casi inexistente en la actualidad), aumento de la contribución renovable en la isla (la mayor parte de la capacidad instalada actualmente es diésel), recuperación de zonas verdes y reducción de gases de efecto invernadero (GEI). Para superar los desafíos que lleva consigo la gestión integral de RSU, este estudio plantea pasar de una economía lineal a una economía circular, según las prioridades establecidas por la Unión Europea. En cuarto lugar, los puertos de las islas son elementos que influyen en la economía del archipiélago. Por tanto, una mejora en su gestión energética se traduciría directamente en una mejora de la planificación energética a nivel regional. El estudio de los residuos generados en los puertos es un tema de vital importancia para reducir la contaminación marina y mejorar los sistemas de gestión portuaria. En este estudio, también se dedica una parte a mejorar la gestión de los residuos sólidos generados en los puertos de las Islas Canarias. Siguiendo el hilo expuesto en el párrafo anterior, se desarrolla un modelo de gestión de residuos basado en la economía circular. Con este modelo, es posible reducir la contaminación en las áreas portuarias de las islas capitalinas, aumentar la fracción de residuos reciclados y obtener energía adicional para los puertos. El interés de este estudio radica en lograr ahorrar costes eléctricos y, a la vez, mejorar la deficiente gestión de residuos. La solución propuesta para resolver los problemas actuales y lograr una zona de cero residuos está particularizada para el puerto de Santa Cruz de Tenerife y sus resultados extrapolados al puerto de Las Palmas. Se distinguen dos fases principales: la primera es el procesado y reciclado de los residuos sólidos, y la segunda, la valorización energética a través de un proceso de gasificación. Las ventajas principales de la aplicación de este modelo son que se reducen las emisiones de CO2, se ahorra energía, se mejora la gestión de residuos en estos entornos (la fracción de reciclaje aumenta considerablemente y se descongestiona el sistema insular), y se crean nuevos puestos de trabajo. Además, este modelo también contribuye al desarrollo del Plan Territorial Especial para la Gestión de Residuos de las Islas Canarias, de acuerdo con las políticas de la Unión Europea requeridas para los próximos años. En quinto lugar, y como resultado de la revisión de políticas energéticas en el SEI canario, esta investigación también aborda el concepto de pobreza energética desde una óptica distinta a como se encuentra tradicionalmente en la literatura. El análisis que se realiza proporciona un avance en el conocimiento del papel que desempeñan las energías renovables, la eficiencia energética, la sostenibilidad, el régimen de autoconsumo, la electrificación de la demanda y las interconexiones eléctricas sobre la pobreza energética en estos entornos. Los escenarios analizados para evaluar la estrategia energética hasta el 2030 también se utilizan para el análisis de la pobreza energética según estos pilares. Como resultado, parece que la interrelación de estos seis elementos constituye un buen indicador de la lucha contra la pobreza energética, a la vez que muestra una hoja de ruta para la política energética en estos territorios insulares aislados. Por último, esta investigación pone de relieve la importancia de apostar por políticas energéticas que no estén basadas en los resultados a corto plazo. No hay que olvidar que la estrategia energética no requiere planificar más actuaciones en menos tiempo. Por el contrario, se trata de planificar en el medio-largo plazo actuaciones que, partiendo de la raíz de los problemas, logren encauzar las singularidades de estos entornos hacia una transición energética sostenible.