La evaluación de competencias transversales en las prácticas académicas externas.Una propuesta colaborativa universidad-empresa

  1. Correa Manfredi, Juliana Margarita
Zuzendaria:
  1. Soledad Romero Rodríguez Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 2017(e)ko iraila-(a)k 25

Epaimahaia:
  1. Javier Gil Flores Presidentea
  2. Mar García Idazkaria
  3. Elena Fernández Rey Kidea
  4. Pedro Ricardo Álvarez Pérez Kidea
  5. Víctor Álvarez Rojo Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 507477 DIALNET lock_openIdus editor

Laburpena

En el contexto educativo general es tradicional describir el aprendizaje de los estudiantes en términos de logro de objetivos, adquisición de competencias o estándares. Podemos encontrarlo tanto a nivel de políticas de regulación y administración de la educación como de historia de la teoría del currículo y la enseñanza, al igual que en la elaboración, por los centros y docentes, de diseños, planificaciones o proyectos. No obstante, en el ámbito universitario esta terminología es mucho más reciente. Durante un tiempo, el solo hecho de poseer un título universitario ya se consideraba garantía de empleo, y cuanto mejor fuese el expediente académico del egresado mayores sus posibilidades de inserción laboral. Posteriormente no fue suficiente con poseer ese título, esa formación básica, sino que además era demandada, por parte de la empresa, una formación complementaria más especializada. Nos encontramos en un momento en el que la sola formación académica no es garantía de éxito, sino que son necesarios, sobre todo desde el punto de vista de la empresa, una serie de aspectos complementarios que garanticen el éxito profesional: las competencias profesionales. En los últimos años estamos asistiendo a multitud de cambios en la sociedad en todos los niveles: económico, político, social, educativo, etc. Gran parte de estos cambios son consecuencia de los progresos alcanzados en diferentes campos científicos y que han dado lugar a la actual sociedad del conocimiento en la que nos encontramos. La educación universitaria no es ajena a estos avances y progresos, ya que se encuentra plenamente incluida en este contexto, y deberá responder eficazmente a las demandas de la sociedad. No sólo deberá buscar la formación integral de su alumnado, transmitir la cultura o contribuir al desarrollo de la ciencia y la investigación, sino que deberá formar personas que puedan desenvolverse en este escenario cambiante y complejo, en el que nos vemos obligados a desempeñar más de un rol. En definitiva, que posibilite la formación del estudiante en todas sus dimensiones: personal, académica y profesional.