Assessing speaking skills in englisgan approach to test an rating scale design in a university context.
- GRANFIELD MCKAY, SUSAN ISABEL
- Marcos Peñate Cabrera Director/a
- Gina Oxbrow Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Fecha de defensa: 05 de noviembre de 2007
- Leslie Bobb Wolff Presidente/a
- Richard Clouet Secretario/a
- Patricia Arnaiz Castro Vocal
- Plácido Bazo Martínez Vocal
- Laura Cruz García Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La evaluación del inglés hablado supone una tarea compleja que precisa de una serie de condiciones que garanticen su validez y su fiabilidad. La primera de estas es una definición del constructo de la habilidad que deseamos medir, que intente describir las características que componen el habla de manera que permita su medición. Por consecuente, es también necesario el diseño de un baremo de evaluación eficaz, con descriptores que hacen referencia a nuestra definición del constructo y que conduzcan a una medición de competencia oral válida y fiable. Además, será necesario diseñar una prueba que proporcione una muestra de lenguaje halado de tamaño suficiente para permitir su evaluación y con un formato y unas tareas que den lugar a una producción oral que demuestre las características que hemos detallado en el baremo de evaluación. Las características de esta prueba deben ser tales que podamos repetir sus condiciones en posteriores sesiones de exámenes al mismo nivel. En este estudio, comparamos dos tipos de prueba oral, la entrevista oral individual y la prueba oral de grupo, llevados a cabo con alumnos de segundo curso de la Facultad de Traducción e Interpretación (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria), con el fin de intentar averiguar si el formato de la prueba influye sobre las características de la muestra obtenida en cada una de ellas y sobre las notas otorgadas por los evaluadores. Nuestro enfoque incluye una comparación entre los papeles del interlocutor que lleva a cabo una evaluación simultánea con la conducción de la entrevista y el papel de un evaluador que no participa en la interacción y que sólo escuche a los candidatos y mide su producción oral haciendo referencia al baremo de evaluación. También intentamos determinar los efectos del formato de la prueba sobre el alumnado en cuanto al grado de ansiedad que experimentan durante el examen y la influencia que este pudiera tener en su actuación. Las estudiantes además llevaron a cabo una autoevaluación para cada prueba cuyos resultados se contrastan con los de los evaluadores con el fin de apreciar el grado de coincidencia en apreciación del nivel de su competencia oral en inglés. Nuestros resultados parecen indicar que la prueba en formato de grupo reduce la ansiedad experimentado por el alumnado y les lleva a tener una impresión más favorable de su actuación. Las correlaciones entre las notas otorgadas por los evaluadores y las autoevaluaciones de los estudiantes es significativa en ambas pruebas a pesar del escepticismo de los evaluadores sobre la validez de la autoevaluación. Los evaluadores son, en general, seguros de sí mismos tanto en el papel combinado de interlocutor y evaluador como en el de evaluador objetivo, aunque demuestran opiniones que indican que esta seguridad no siempre es fundamentada.