Estrategias cognitivas para la resilienciaAnálisis de los cambios percibidos en las fortalezas y sesgos en el recuerdo

Resumen

La investigación ha demostrado que la exposición temprana a condiciones socioeconómicas o familiares adversas pone en riesgo la salud y el bienestar psicológico a lo largo de la vida. No obstante, algunas personas muestran una sorprendente capacidad de resiliencia. Estudiar los sesgos en el recuerdo de sus experiencias adversas permitiría conocer mejor qué les hace resilientes, indicando posibles estrategias para promover dicha capacidad en el conjunto de la población. De ahí, el interés de estudiar la relación entre resiliencia y sesgos en el recuerdo. Objetivos: a) analizar si las personas con diferente nivel de resiliencia diferían en los recuerdos discretos de su experiencia más adversa, así como en las fortalezas y cambios percibidos en las mismas; y b) analizar en qué medida las personas con mayor nivel de resiliencia mostraban mayor sesgo en el recuerdo de experiencias emocionales asociadas a la resiliencia. Método: Se llevaron a cabo dos estudios, con sus correspondientes réplicas. En el primer estudio (N1 = 175; N2 = 170), analizamos la frecuencia con la que personas con diferente nivel de crecimiento postraumático dijeron recordar dos tipos de recuerdos discretos (“picos de afecto negativos” y “finales de afecto positivos”) tras su experiencia más adversa. Además, analizamos los cambios percibidos en sus fortalezas tras dicha experiencia. En el segundo estudio (N1 = 138; N2 = 45), analizamos si las personas con distintos niveles de crecimiento postraumático y bienestar subjetivo diferían en los sesgos de recuerdo de dos tipos de estados emocionales (asociados o no a la resiliencia). Este sesgo se midió comparando las medias de distintas experiencias emocionales (tomadas durante 4 días) con el recuerdo final de esas mismas emociones (5º día). Resultados: Las personas con diferente nivel de crecimiento postraumático indicaron mayor proporción de “finales de afecto positivo”, pero no difirieron en la proporción de “picos de afecto negativos”. Concretamente, un mayor crecimiento se asoció a mayor proporción de “afectos finales positivos”, y puntuaciones más altas en fortalezas y en cambio percibido tras la experiencia adversa. En el segundo estudio, se confirmó un sesgo en el recuerdo de afectos positivos, así como el papel moderador del crecimiento postraumático en el recuerdo de las emociones de optimismo y apatía. Igualmente, se detectó que las personas con mayor crecimiento postraumático tienden a sobreestimar sus emociones resilientes y positivas, pero no difieren en las emociones no resilientes y negativas. Estos resultados suponen un avance en el conocimiento sobre los sesgos en el recuerdo asociados a la resiliencia.