La globalización en el siglo XXI y su impacto en la educación, la cultura y las habilidades

  1. José Alberto Martínez González
Revista:
Contribuciones a la Economía

ISSN: 1696-8360

Ano de publicación: 2012

Título do exemplar: Enero-junio

Volume: 10

Número: 1

Tipo: Artigo

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Resumo

A lo largo del presente trabajo escudriñamos algunos aspectos en torno a la globalización y la cultura. Nos preguntamos si existen algunos derroteros en torno a la globalización y nos encontramos con la cultura como un elemento importante que viene a detener la avalancha que pesa sobre los países subdesarrollados. A la cultura la vemos como una alternativa a ese proceso avasallador que trae consigo más dependencia tecnológica, científica y social, al igual que en antaño, en donde se trató de ver a los países más pobres como la fuente de riqueza para las naciones más ricas. Estudiamos los aportes de la globalización y observamos que existen elementos homogenizantes que nos pueden ser útiles y que las universidades pueden aprovechar para el desarrollo de las naciones y de su forma de comprender la educación al interior de sus aulas. Así mismo, vemos que las empresas pueden aportar muchos elementos a al conocimiento global que se esta dando y ofrecer fórmulas de trabajo y valores que podemos aprovechar para desarrollarnos como naciones subdesarrolladas. Pensamos que el mundo es uno sólo y debe disfrutar en su conjunto del progreso técnico y humano, que nos encamine a homogenizar ciertas habilidades y destrezas a través de una información fidedigna y de conocimientos para bien de la humanidad. Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino. Deja detrás de él las sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe. Olvida la sepultura de su padre y los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras sí sólo un desierto. Palabras del jefe indio Seattle.