La experiencia de la pérdida por suicidiohistorias de vida

Abstract

El suicidio en España ha ido en aumento. Por cada persona que se suicida, se ven afectados 6 allegados. La conducta suicida se ha ido definiendo a lo largo de la historia pasando por una visión de pecado desde la religión hasta una visión de patología mental desde la psiquiatría. Frente a este modo de entender el suicidio, aparecen teorías diferentes pero centradas en el sufrimiento psicológico y en la intencionalidad. Tras el suicidio, aparece la muerte y con la muerte, el proceso de duelo. El duelo supone una crisis en diferentes aspectos vitales del doliente, afectando a dimensiones biológicas, psicológicas, sociales y culturales. El duelo ha sido teorizado como estado o como proceso. Este trabajo se centra en el proceso de duelo como algo dinámico frente a duelo como estado de las teorías, ya superadas, de etapas, fases y tareas. Para ello tendremos en cuenta el significado de la ausencia de la persona fallecida y la continuidad de vínculos. Centrados en las posibles reacciones de duelo, nos planteamos en explorar las historias de vida de los duelos por suicidio de dos familias separadas por el tiempo. Utilizando este enfoque cualitativo fenomenológico hermenéutico, trataremos apresar las historias particulares de los miembros de cada familia y el significado de la narrativa, por medio de historias de vida focales, que nos permitirá relatos cruzados y tener una visión amplia del proceso de duelo que va desde cada individuo hasta el grupo familiar. La muestra se seleccionar por conveniencia. El estudio de dos familias, de similares características en cuanto al suicidio y aflicción, pero separadas en el tiempo, no permitirá contar con relatos paralelos y comprobar las reacciones de duelo en los dos grupos familiares. Tras el análisis de las historias de vida, por medio de las categorías establecidas de acuerdo con las reacciones de duelo esperadas en la muerte por suicidio se muestra que no se dan todas las características de duelo por suicidio. Cada individuo responde a reacciones diferentes, con dificultades de compartir el dolor entre los otros miembros de la familia. Entre ambos grupos aparecen similitudes en función de si se es progenitor o hermana del fallecido. En definitiva, el duelo debe ser considerado como un proceso personal, idiosincrático, en parte natural y en parte construido, por lo que no responde a las consideraciones de los modelos que se han ido planteando. Las limitaciones del estudio cualitativo, en cuanto a la muestra y la no generalización de los resultados, nos abre un campo de investigación que nos permita seguir estudiando el proceso de duelo en dolientes por suicidio, para poder generar modelos de intervención que nos permita reducir la incertidumbre, el dolor y encontrar esperanza para los dolientes