Evaluación de la función renal pre y post operatoria de pacientes pediátricos con obstrucción de la unión pieloureteral . Importancia de l'estudi metabòlic mineral y de los antecedentes familiares de urolitiasis

  1. PEREZ-ETCHEPARE FIGUEROA, EDUARDO LUIS
Supervised by:
  1. Manuel Guillermo López Pita Director
  2. Víctor Manuel García Nieto Co-director
  3. Mario Alberto Gómez Culebras Co-director

Defence university: Universitat Autònoma de Barcelona

Fecha de defensa: 25 March 2022

Committee:
  1. Juan Morote Robles Chair
  2. Jorge Enrique Gómez Sirvent Secretary
  3. Oscar Girón Vallejo Committee member

Type: Thesis

Teseo: 822192 DIALNET lock_openTDX editor

Abstract

La asociación entre urolitiasis y malformaciones congénitas de las vías urinarias se conoce, desde hace mucho tiempo. Se ha asumido que el estasis urinario juega una parte importante en la patogenia de la nefrolitiasis, asociado a la distorsión de la anatomía renal, el vaciado retrasado de la cristaluria y el riesgo de infección urinaria originada por Proteus, que es una bacteria muy común en estos casos. La frecuencia de anomalías morfológicas de las vías urinarias subyacentes en niños con urolitiasis se cifra entre 19,1% y 29,8%. Sin embargo, la relación patogenica exacta entre las dos entidades permanece desconocida, porque la explicación mencionada más arriba no ocurre en la mayoría de los casos. En 2003, García Nieto et al. publicaron que la prevalencia de hipercalciuria en pacientes pediátricos con reflujo vesicoureteral es mayor que en la población general y que los cálculos formados en pacientes con esta malformación podrían tener un origen metabólico; además, observamos que la hipercalciuria parecía heredada con carácter autosómico dominante y con una mayor probabilidad de ser heredada a partir de la madre. Recientemente, Madani et al. confirmaron que la frecuencia de hipercalciuria e hiperuricosuria era superior en niños con reflujo vesicoureteral que en los controles, aunque sus parientes no fueron estudiados. La incidencia de urolitiasis en pacientes con estenosis pieloureteral (EPU) es del orden de 16-44.7%. Se ha comunicado que el riesgo de formar cálculos en estos pacientes se incrementa hasta 70 veces. En 1995, Husmann et al. describieron que el 70% de los pacientes con EPU que habían eliminado cálculos distintos de los de estruvita, eran portadores de una anomalía metabólica identificable que podía originar los cálculos. En otro trabajo posterior, se citó que la hipercalciuria era la anomalía metabólica más frecuentemente observada en niños con dicha malformación (Husmann, 1996), aunque la presencia de otras anomalías metabólicas también era factible (Matin y Streem 2000; Tekin et al. 2001). En ninguno de esos estudios se escribió acerca del posible origen de la hipercalciuria observada en estos pacientes. García Nieto et al. estudiaron 27 niños que habían sido intervenidos de EPU y a sus familias. Se detectó hipercalciuria en 17 de los 27 niños (63%) y en 15 de ellos (88%), se comprobó la existencia de una historia familiar de urolitiasis. Además, en siete de los diez niños sin hipercalciuria, también existían antecedentes familiares de cálculos renales. Posteriormente, el mismo Grupo describió resultados similares en pacientes pediátricos con quistes renales simples, ectasia piélica y agenesia renal. A partir de estos datos, se ha formulado la hipótesis de que en los niños que en sus familias tienen antecedentes familiares de urolitiasis, puede existir un incremento de la susceptibilidad a ser portadores de anomalías morfológicas del desarrollo renal. Estos niños heredarían, además, la hipercalciuria que puede favorecer en el futuro, asimismo, la formación de cálculos renales como en sus predecesores. Por otra parte, está ampliamente aceptado que la pieloplastia es el tratamiento de elección de la estenosis pieloureteral (EPU). Sin embargo, la recuperación de la función renal después del tratamiento es un tema de debate. Diferentes parámetros se han utilizado para predecir la recuperación de la función renal después de la corrección quirúrgica con resultados conflictivos. No en vano, esto debe estar causado por la existencia de anomalías displásicas congénitas en niños con EPU hasta hace unos pocos años no reconocida. Como cirujano pediátrico, creo que es interesante y necesario conocer la evolución de mis pacientes con respecto a su función renal y con respecto a conocer si son portadores de una predisposición genética para formar cálculos renales.