María Teresa
Arozena Bonnet

Doctora en Bellas Artes. Artista, fotógrafa y docente investigadora adscrita al Departamento de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna (ULL). Fue profesora en la Universidad Europea de Canarias. Su investigación está centrada en la fotografía y las prácticas artísticas postdocumentales. Su trabajo como artista se desarrolla en torno al medio fotográfico y las nuevas tecnologías. Su obra se ha expuesto en distintos centros y museos nacionales e internacionales, tales como el CAAM en Gran Canaria, el Centro de Arte La Regenta, el Centro de Arte Juan Ismael, en Fuerteventura, el MIAC en Lanzarote, TEA, el Nabi Art Center en Seoul, Corea, en la Primavera Fotográfica de Barcelona, la Bienal de Dakar o en los Encuentros de Fotografía de Arles. Sus dos últimas muestras individuales «Menos es nada», y «Parade» pudieron verse en la sala de la Fundación Mapfre en Tenerife en el año 2016, y en el Centro de Arte La Regenta en el 2017 respectivamente, ambas con publicaciones. Actualmente prepara una exposición individual en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) en Gran Canaria para el año 2024 en la que reflexiona sobre el paisaje. Como parte de su proceso investigador y creativo, ha desarrollado distintos talleres, impartido conferencias, y publicado diversos ensayos sobre imagen en libros y revistas. Desempeña también una actividad curatorial: el año 2011 realiza una curaduría con publicación en TEA-Tenerife Espacio de Las Artes a partir de los fondos fotográficos de la COFF-Colección Ordóñez Falcón de Fotografía, titulado «Algo falta. El significado fugado en la fotografía», centrado en ofrecer una lectura transversal de la fotografía como pieza clave para comprender en interpretar el devenir social y el sentido de lo público en nuestras sociedades. En el año 2021 directora artística de la XVI Bienal Internacional de Fotografía FOTONOVIEMBRE 21, encargándose de la curaduría general, dirección y coordinación del festival, que se desarrolló bajo el título de «Reensamblaje». A través de 16 sedes y salas expositivas se desplegaron 21 exhibiciones que platearon un espacio de reflexión que apuntaba a trascender el mero consumo del objeto de la fotografía, invitando en cambio a la ciudadanía a aproximarse a una genealogía más amplia de las prácticas fotográficas, y resituando estas como mecanismo de relación transversal esencial en el devenir social. Participaron un total de 136 artistas, que, bajo el marco englobante del festival, ofrecían distintas aproximaciones al hecho de que las imágenes que una sociedad genera son las verdaderas cajas negras de la nave, que nos aportan los datos necesarios para saber quiénes somos. Dentro de la Bienal asimismo diseña dirige y desarrolla distintos programas públicos que ponen de relieve la forma en las imágenes constituyen sistemas complejos de comunicación, conversaciones atravesadas por cadenas textuales e icónicas. Así, el seminario «Dispositivos de la fotografía», en el que diversos pensadores y curadores reflexionaron sobre la visibilización de los campos de relaciones que hay bajo la necesidad de producción y gestión de las imágenes fotográficas; el ciclo audiovisual «El rectángulo en la mano», con una serie de proyecciones que ampliaban las temáticas subyacentes en las exposiciones oficiales. Y «Brazo de Papel», un programa público específico en torno a la cultura impresa fotográfica.