Arquitectura y medicina en Canariasdispositivos asistenciales y recursos sanitarios en Tenerife (S.XVI-XX)
- Castro Molina, Francisco Javier
- Jesús Pérez Morera Zuzendaria
- María Isabel Navarro Segura Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad de La Laguna
Fecha de defensa: 2012(e)ko iraila-(a)k 06
- Horacio Capel Sáez Presidentea
- Carlos Javier Castro Brunetto Idazkaria
- Ramón Pérez González Kidea
- Ana Esteban Maluenda Kidea
- Juan Sebastián López García Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
Conceptos como salud-enfermedad, pobreza-caridad y vida-muerte, unidos a otros de igual trascendencia, como asistencia, arquitectura y la hospitalidad, han sido objeto de numerosos análisis y estudio desde diferentes disciplinas a lo largo de los tiempos. Todos ellos han sido considerados como asuntos de gran interés histórico, cuyo estudio se deja sentir desde los años sesenta del siglo pasado, debido al triunfo de la Historia Social. Casi en su totalidad, la evolución de la arquitectura hospitalaria ha estado estrechamente ligada a un concepto asistencial controlado por el binomio pobreza-enfermedad. Esta situación conllevó a una búsqueda perpetua de una tipología arquitectónica funcional que se adaptara a los cometidos que debía realizar desde un punto de vista asistencial y de aislamiento. La labor desempeñada por las reales academias y los trataditas facilitaron la proximidad a los conocimientos de nuevas formas constructivas adaptadas a los descubrimientos y avances de la Ciencia. La palabra latina hospes será la precursora de vocablos tales como hospicio, hospital, hospedería u hotel, todos ellos con diversidad de competencias apoyadas por un amplio abanico de benefactores que los sustentaban, promovidos por la caridad y la religión, situación que dio inicio desde los primeros albores de la Edad Media. Dos términos son los que se instauran para definir este tipo de establecimientos, cuyo objetivo se centró en la atención al menesteroso, primando las funciones de alojamiento y aislamiento sobre la asistencia médica. Una de las locuciones más comunes es la de hospital, expresión que ha perdurado a lo largo de los tiempos hasta llegar a nuestros días, y en el que se ha mantenido perenne su connotación místico-religioso: Maison-Dieu u Hôtel-Dieu en Francia, Gogshuis en los Países Bajos, o God¿s House en Inglaterra; y en segundo lugar, la expresión latina infirmitorium, denominación propia del ámbito monacal que en el mundo anglosajón se convirtió en Infirmary y en el galo Infirmerie. Los primeros modelos arquitectónicos hospitalarios nos remiten al esquema benedictino de Saint Gall, articulados a partir de sistemas claustrales que centralizaban el lugar destinado culto, convirtiéndolo en el referente de todos los asilados del establecimiento. Esta conexión cama-altar fue un modelo que estuvo presente a lo largo de toda la Edad Media, perdurando hasta el siglo XIX, y primando por encima de otros aspectos relevantes como las obligaciones higiénicas y médicas . Durante el Renacimiento, la tipología arquitectónica se vio modificada considerablemente, dando paso a monumentales edificios palaciegos, articulados a partir de una planta cruciforme en la que se insertaban patios y logias, ubicando a los dolientes en salas de considerable tamaño . Con el Barroco se produjeron nuevamente una modificación de las características arquitectónicas, como fue el uso de la planta radial, perdurando el protagonismo del «recinto sagrado», situación que no mutó hasta la segunda mitad de XVIII, momento en el que se priorizó el espacio destinado a la atención de los aquejados y enfermos . Esta «novedosa concepción higiénica» será trasladada al siglo XIX, momento en el que se implantó, materializándose en una organización de los edificios a partir de pabellones que procuraban seguir las directrices establecidas por las corrientes higienistas que se encontraban en su apogeo y dentro de las reformas borbónicas que buscaban una clarificación y racionalización de los recurso arquitectónicos efectivos. Este acúmulo de características adquiridas a lo largo de los siglos, en ocasiones se aglutinaban en una misma forma constructiva. Pese a ello, desaparecieron en el momento en el que el hospital adquirió un carácter exclusivamente sanitario y asistencial, estableciendo una coherencia entre su formato y la finalidad para la que había sido diseñado. Los avances científicos de la disciplina médica generaron la necesidad de efectuar modificaciones estructurales en los antiguos edificios hospitalarios europeos. A partir del siglo XIII los europeos comenzaron a extender su poder e influencia sobre los continentes asiático y africano para terminar a fines del siglo XV incorporando a América a unos mercados que procuraban adaptarse a las crecientes necesidades de consumo. Este desarrollo, tanto del comercio como de la economía europeas, aumentó su necesidad de disponer de metales preciosos que permitieran acuñar monedas. A ello se unió la necesidad de eliminar a costosos intermediarios, llegando directamente a las fuentes de producción de los valiosos productos orientales. La fase expansiva de las monarquías del sur de Europa, y sobre todo la de Portugal y España, suponía un reforzamiento de poder real, imbuido todo por un espíritu de cruzada en defensa del Cristianismo. A finales del siglo XV, con la culminación de la conquista de las Islas Canarias y el Descubrimiento de América, se le otorgó al territorio insular el privilegio de convertirse en un «pequeño laboratorio experimental» cuyos resultados serían posteriormente trasladado al continente americano como herramienta de colonización. Tras la ocupación de las Islas, surgió la necesidad de dotar de los recursos asistenciales propios para pequeñas urbes que comenzaban a nacer y crecían con rapidez. Los modelos empleados aunaban los recursos arquitectónicos monacales y una arquitectura doméstica que surgía como resultado de una amalgama de culturas. Los siglos siguientes, XVI, XVII y XVIII, carecieron de cambios en los referente a los planteamientos desde el punto de vista asistencial, no produciéndose una ruptura con el ideario científico previo hasta finales del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX. A estas innovaciones científico-médicas se le unieron las políticas sanitarias que mediatizaron considerablemente y marcaron las directrices a seguir en la adopción de una determinada tipología arquitectónica. De igual manera, estas instrucciones y normas no fueron asumidas por igual, lo que originó una falta de previsión y de intervención en los edificios ya existentes. Pese a que el siglo XX desde su inicio aportó considerables modificaciones en el campo de la asistencia, es el breve momento republicano el que se caracteriza por una política sociosanitaria cargada de reformas y cambios que giraban en torno a una nueva concepción igualitaria y científica del individuo. Conjugar el arte, la arquitectura y la asistencia sanitaria prestada en el Archipiélago de las Canarias, y en concreto en la isla de Tenerife durante la primera mitad del siglo XX, es el objetivo del tema que se aborda en el presente trabajo de investigación, situación que le da un carácter inédito ya que hasta la fecha no se ha aglutinado tantos conocimientos sobre esta materia . Para procurarlo, se han revisado las fuentes documentales existentes en las diferentes instituciones locales y centrales, a lo que se ha unido el examen exhaustivo de las fuentes bibliográficas de disciplinas como la Historia Moderna, la Historia Contemporánea, la Historia del Arte y la Historia de la Medicina . Además, a todas esta operación, se le une la de efectuar un examen de los diferentes trabajos de historiadores que han tratado este tema, hallándose, en algunas de las investigaciones dedicadas al estudio de la pobreza y a aspectos sanitarios de las instituciones hospitalarias, una considerable relación entre la Historia de la Sanidad y la Historia Social.