El mandala en el arte y filosofía de la cultura tibetana. Mapas simbólicos hacia la sabiduría primordial

  1. Riera Ortolá, Margarita Tsering
Dirigida por:
  1. Joan Llobell Andrés Director/a

Universidad de defensa: Universidad Miguel Hernández de Elche

Fecha de defensa: 01 de diciembre de 2015

Tribunal:
  1. Pilar Escanero de Miguel Presidente/a
  2. Rocío Villalonga Secretario/a
  3. Juana María Balsalobre García Vocal
  4. María Luisa Hodgson Torres Vocal
  5. José Mayor Iborra Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El mandala, símbolo de lo sagrado, es un concepto que nace en la antigua India, del idioma sánscrito. El mandala, khil-khor en tibetano, significa círculo sagrado, en el que es de gran importancia la relación que se establece entre el centro y sus alrededores, así como entre el axis mundi y las cuatro direcciones espaciales. El diseño del mandala lo encontramos en muchas culturas, como un arquetipo arcaico que nace de un inconsciente universal, tal y como señaló el psicólogo Carl Gustav Jung. Estudiar el mandala desde las distintas disciplinas del arte, de la filosofía, del budismo tibetano, de la psicología, de la historia, historia del arte, del diseño, de la ciencia, etc. nos hace entender que estos mágicos diseños encriptan significados profundos de la realidad y de la mente del hombre. En este sentido son numerosos los autores procedentes de distintas áreas de conocimiento y personalidades conectadas directamente con la cultura tibetana y a las que hemos entrevistado, quienes actualizan el significado de un símbolo tan antiguo como es el de este enigmático círculo que denominamos mandala. Sus líneas, colores, formas, materiales y dimensiones manifiestan la dinámica y la energía universal, intrínseca en el hombre y en todo aquello que le rodea. Conforman un mapa simbólico que guía a través de distintos niveles hacia la sabiduría primordial del ser, el centro del mandala, donde entendemos que no existe un uno separado, sino un todo integrado y donde desaparece toda concepción de dualidad. Entender el mandala desde una visión holística y desde una aproximación filosófico-artística es comprender la vida desde otro punto de vista más abierto y humano, más humilde y sabio, donde se desvelan verdades sutiles de la realidad y las leyes que rigen aquello cuanto percibimos, lo visible y lo invisible. Llegar al centro del mandala es despojarse del ego llegando a la verdadera naturaleza de la comprensión absoluta del ser.