La cultura de la contención física en el paciente geriátricoperspectiva de los profesionales sanitarios de los hospitales de atención intermedia en Mallorca

Resumen

Introducción: El uso de las contenciones físicas es una práctica habitual en el cuidado de las personas mayores hospitalizadas e institucionalizadas. Sin embargo, su uso es muy cuestionado en la actualidad por las repercusiones que conlleva a nivel físico, psicológico, moral, ético, jurídico y social. En la práctica de la contención física influyen tanto el propio paciente y sus familiares, como los profesionales sanitarios y la institución. En concreto, la bibliografía señala que los profesionales muestran una falta de conocimientos respecto a las contenciones físicas y presentan actitudes favorables a su uso, lo que se relaciona con una peor práctica. Marco teórico: El estudio se enmarca en el paradigma crítico-social. En concreto, se ha decidido utilizar el pensamiento de Foucault, especialmente el entramado conceptual relacionado con la seguridad, la disciplina, la normalización y la resistencia. Como teoría de segundo rango, se ha optado por las teorías de la deshumanización de Haslam, entendida como el acto de despojar a la persona de ciertas cualidades propias de los humanos. Objetivos: Conocer la cultura de la contención física del paciente geriátrico entre los profesionales sanitarios de los hospitales de atención intermedia en Mallorca. En concreto, se pretende explorar los conocimientos, las actitudes y las prácticas de los profesionales en relación al uso de las contenciones físicas, describir los factores institucionales que influyen en éste y analizar su impacto ético, identificando las similitudes y las diferencias en el discurso profesional según la disciplina y la categoría laboral. Metodología: Diseño cualitativo de enfoque etnometodológico mediante análisis crítico del discurso. El estudio se desarrolló en los hospitales de atención intermedia de Mallorca. Se realizaron 22 entrevistas semiestructuradas a médicos, enfermeras y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería, seleccionados mediante muestreo teórico-intencional. Se garantizó el rigor metodológico mediante la saturación de los datos, la triangulación y la reflexividad. El estudio fue aprobado por la Comisión de Investigación de los centros incluidos y por el Comité de Ética de la Investigación de las Islas Baleares (IB 4026/19 PI). Todos los participantes otorgaron su consentimiento informado y sus datos fueron tratados confidencialmente. Resultados: Los profesionales presentan falta de conocimientos sobre las propias contenciones físicas, el marco legal que las regula y los principios del cuidado sin contenciones. Las contenciones son valoradas como elementos necesarios, protectores e, incluso, terapéuticos en el cuidado de las personas mayores. La aplicación de las contenciones físicas conforma una práctica normalizada al ser utilizadas de forma automatizada, rutinaria, preventiva y prolongada en el tiempo. Además, los déficits arquitectónicos e institucionales propician su uso, que se mantiene ante la falta de control por parte de la organización sobre su aplicación. La práctica de la contención responde así a la cultura de seguridad y la disciplina de las instituciones sanitarias y a una visión deshumanizada de las personas mayores. Los profesionales presentan conflictos éticos derivados del debate entre la autonomía y la no maleficencia (entendida únicamente desde la esfera física) del paciente, para cuyo afrontamiento despliegan estrategias como la racionalización en base a la seguridad física o su rol profesional. La práctica de la contención física difiere según la categoría laboral, de tal forma que las auxiliares de enfermería asumen una función técnica; las enfermeras prescriben y coordinan el proceso; y los médicos se convierten en garantes legales de su prescripción. Conclusiones: Las contenciones físicas conforman una práctica normalizada, deshumanizante y deshumanizada en el cuidado a las personas mayores, justificada por y para la seguridad física del paciente geriátrico y desarrollada ante la actitud permisiva de las instituciones. Los profesionales y las instituciones deben comprometerse con los cuidados centrados en la persona y libres de contenciones físicas.